Es la hora de emprender. Es el momento de poner en marcha es proyecto propio que hace rato imaginamos.
Pero, ¿por dónde empezar? Quizás, una manera simple y contundente de poner primera al emprendimiento propio es saber de qué se trata y entender de qué hablamos cuando hablamos de emprender.
En esta nota, 9 mandamientos, frases reveladoras e inspiradoras y más consejos para que la cuenta regresiva para hacer eso que hace rato querés hacer termine y ¡empieces ya!
1.Emprender es un acto positivo. No está demás decirlo. Poner en marcha un proyecto personal requiere de una actitud positiva. Es confiar en vos y estar convencido de que aquello que queremos y soñamos, es posible si lo intentamos y “apostamos”.
Es convertir “algo que tu gusta” en un proyecto de empresa.
2.Pienso, luego emprendo. Es importante saber qué es emprender para hacerlo tal como la palabra lo indica. Emprender es “tener la iniciativa de llevar a la práctica una idea de negocio; es crear una empresa y llevar a cabo la producción del bien o del servicio, sin que esto quede en una mera intención”.
Emprender es hacer y poner manos a la obra. Tan claro y contundente como suena.
3.La pasión de emprender. Además de ser un acto positivo y racional (saber de qué se trata), emprender también implica trabajar con pasión, motivación, voluntad, constancia y perseverancia, incluso con una dosis de sacrificio para alcanzar el desarrollo personal.
No se trata de “soplar y hacer botellas…”. Es soplar, y seguir soplando hasta que algo suceda y se ponga en marcha.
4.No es lo mismo ser un emprendedor que un empresario. La empresa del primero ya existe y está en marcha y solo toca dirigirla y gestionarla. La empresa del emprendedor, en cambio, no existe hasta tanto no se la conciba desde cero, asumiendo todos los desafíos y riesgos para transformar su proyecto en una empresa.
5.Emprender con pasión y estrategia. Poner en marcha un emprendimiento es llevar a cabo un plan: una idea transformada en proyecto, en una idea de negocio, para identificar lo que hay que hacer (y lo que no) para llevarlo adelante. Para eso, es necesario, analizar e investigar el mercado de que queremos empezar a formar parte.
6.La plata no tiene que ser el fin de tu emprendimiento. Es el medio para hacer posible el proyecto y que crezca. Por supuesto que tiene que haber un plan de negocio y que éste debe ser rentable. Pero ganar dinero sin más motivación no es la manera de pensar en trabajar en un emprendimiento.
7.Emprender es crear algo nuevo. No se trata de inventar algo que no haya existido antes. Pero, sí o sí, nuestro emprendimiento tiene que proponer una manera creativa, innovadora y personal de hacer algo, con nuestro propio sello y valor agregado. Así, nuestra marca personal será nuestra ventaja competitiva.
8.No estamos solos. El emprendedor no es una isla. Al contrario, forma parte de un universo lleno de competidores y, sobre todo, posibles aliados con los que es clave comunicarse y tender redes.
La habilidades de socialización, comunicación y negociación son clave del buen emprendedor que, además, necesita estar al tanto y actualizado de los herramientas, recursos y plataformas disponibles para la optimización de su negocio.
Además, en alguna instancia del proyecto personal formar equipos es vital para su desarrollo y crecimiento.
9.Emprender es una habilidad sin edad. Si te gusta la frase “nunca es tarde para…”, entonces entenderás que emprender es posible a cualquier edad.
Para un emprendedor iniciado, será su modalidad de poner en marcha su rumbo laboral. Para un emprendedor adulto, la posibilidad de “reinventarse” utilizando toda su experiencia y habilidades, herramientas y recursos acumulados durante otra etapa de su vida laboral y profesional.
Más información: purodiseno.lat
