Tomás Barón les cambia la función y los transforma en objetos con mucha identidad. Intenta que recuperen el protagonismo que supieron tener.
Desde hace unos tres años, Tomás Barón recorre remates y subastas en busca de televisores antiguos para convertirlos en BarTV. Su propósito es que esos objetos que alguna vez fueron protagonistas del living familiar recuperen su entidad perdida, adoptando un nuevo rol.
"La idea es que una vez que alguien se lo lleva a casa se convierta en un bien familiar y pase de generación en generación", cuenta desde su espacio en PuroDiseño. Es la cuarta vez consecutiva que participa del evento, contento con la posibilidad de compartir con otro emprendedores y conversar con la gente.
Cada estructura de madera está laminada y enchapada en nogal, haya, caoba o cedro, dependiendo del modelo y tiene capacidad para distintas cantidades de botellas. En general para 20 botellas, pero algunos tienen espacio para 32.
El interior está recubierto con luces Led y traen un control remoto para regular la intensidad de la luz.
La aventura de Barón, abogado devenido en diseñador, comenzó con una imagen que no pudo dejar pasar. Una tarde cualquiera en un local de ropa de Palermo vio un televisor que le fascinó. Le preguntó al dueño si podía comprárselo y se se lo llevó sin saber muy bien qué iba a hacer con él.
Pero hubo una intuición. "Acá puede haber algo", percibió. Aquel encuentro fue en 2012. Lo de las botellas vino después. "Desde ese momento y durante un año y medio me dediqué a comprar casi compulsivamente televisores viejos", cuenta y recuerda entre risas: "Dejé de acopiar cuando mi familia y mi novia me lo prohibieron hasta ver que vendiera alguno".
El primer modelo de mini bar fue un éxito entre sus amigos. El feedback lo motivó. Hay modelos de la década del 40, del 50 o 60 y cada uno es especial. Y claro, Barón tiene sus preferencias. "Me encantan los de la década del 50 porque hay mucha diferencia entre un modelo y otro y son súper artesanales. Aunque la gente, en general, se inclina por los del 60, que son estructuras más redondeadas en las puntas, como se usaban los muebles en esa época".
Barón sigue el proceso de restauración de principio a fin. Mantiene el color original, sin agregarle ningún tinte. Sólo laca transparente para protegerlos e imprimirles brillo.
"El hecho de que cada producto sea único me entusiasma a seguir desarrollando opciones. No hay un modelo igual a otro", comparte Barón.
Además está desarrollando nuevos productos originales, como el recibidor que presentó en la última edición de PuroDiseño. Se trata de un objeto multiuso, genial para colgar las llaves, los abrigos y guardar la correspondencia.
Y en el estante de mármol, cada uno podrá guardar (dice el autor) su "parafernalia". Es decir: "aquellos instrumentos que se necesitan para un fin determinado". Como estos objetos que, además de útiles y bellos, tienen historia.