Pepita Sandwich recibe, atiende y responde a nuestro mensaje como si fuera una consultora sentimental. Ahí está ella del otro lado, lejos, en Nueva York, pero cerca, preparada, lista, ya, para serenar las dificultades de la distancia y responder como si estuviera acá, como si nunca se hubiera ido.
Cuenta la leyenda y dicen las mil y una notas que ya le hicieron acerca de “El arte de llorar/El poder sanador de las lágrimas” (Lumen), su propio libro sobre las mil y una noches y días de lloraditas y llantos, que todo comenzó a comienzos del 2020, el año en que Pepita Sandwich vivió en estado de soledad y fragilidad: el material de origen de su diario/ensayo sobre “The Art of Crying”, el título en inglés de su caro diario/libro universal -de arte, historia, psicología y sociología- de todo sobre llorar.
3 razones para amar “El arte de llorar” de Pepita Sandwich
1.Llorar es poesía. “Los humanos somos la única especie que llora lágrimas de emoción y es la función más poética de nuestro cerebro”, asegura Pepita Sandwich desde NYC (y nos convenció).
2.Llorar es humano… Y dibujarlo es divino. “Gran sensibilidad de la mano y el trazo humano”. Eso es lo que nunca jamás le puede faltar a un dibujo que describe desde la caída de una sola lágrima hasta un gran llanto a mares según Pepita Sandwich.
“El libro es una invitación a mirarnos con ternura y a no sentirnos solos. Esta obra en particular me ayudo a comunicarme telepáticamente con todos los lectores”.
3.Llorar es sanador. Primero hay que saber llorar, después sonreír. Pepita Sandwich logró que un libro sobre llorar le diera muchas alegrías. Y todo comenzó con una lágrima…
“La primera vez que dibujé una entrada en mi diario de lágrimas fue el primero de enero del 2020. Sin saber que luego se convertiría en un año apocalíptico -recuerda Pepita Sandwich- Me encontré recién mudada a la ciudad de Nueva York y me sentí muy movilizada por la situación. Dibujar ese llanto me ayudo a procesar mis emociones y fue el disparador inicial del libro”.
“Llorar todavía es tabú y un gran misterio. Todos necesitamos liberar tensiones y sentirnos conectados a otras personas a través de las lágrimas”, afirma la autora de “El arte de llorar/El poder sanador de las lágrimas”.
El arte de llorar es el nuevo si querés llorar, llorá
No pidan permiso, no esperen autorización… Lloren, cuando quieran, como quieran. No hay mandatos: el derecho de llorar es el nuevo si querés llorar, llorá, y Pepita Sandwich lo hizo. Llora ella, y todos lloran.
“Yo lloré cuando recibí la primera copia y en cada presentación -confiesa a Puro Diseño desde Nueva York- Algunas personas me escribieron para decirme que habían llorado con el libro y es lo más hermoso que me pueden decir. También mi mamá y mi abuela lloraron con algunas de las anécdotas que recuento”.
Y cuenta que "El arte de llorar..." es una combinación de autobiografía, con observación directa y encuentros cercanos de lloradas. “Preguntaba a las personas cuándo había sido la última vez que lloraron y me volví una especie de detective de lágrimas”.
“El libro comenzó como una catarsis y un reflejo de mis propios lágrimas. A medida que fui investigando me empecé a dar cuenta de la cantidad de información científica que había y la poca divulgación que existía sobre el tema”.
Entonces Pepita Sandwich dejó de llorar por un rato, y hasta se le secaron un poco los ojos, cegados por la pantalla de la computadora y entre libros. “Me obsesioné con investigar la ciencia y la historia del llanto humano. Visité museos, leí artículos…” Y volvió al principio: a reflexionar sobre sus propias lágrimas, a seguir observando a personas llorar en público, y relacionarlos con todo los datos que fue encontrando.
La vida (antes y después de llorar) de Pepita Sandwich
Pepita Sandwich, la ilustradora detrás de “El arte de llorar/El poder sanador de las lágrimas” es Josefina Guarracino, tiene 38 años, y tuvo un sueño: “Cuando me mudé a Nueva York uno de mis sueños era dibujar un cómic para The New Yorker Magazine… En 2021 publiqué mi primera historieta con ellos y fue increíble”, resume la LLEGADA.
De la SALIDA recuerda: “Cuando terminé el secundario estudié diseño de indumentaria y textil. Me formé en la UBA. Estoy muy agradecida a la FADU por darme tantas herramientas para el pensamiento crítico y el proceso creativo”, afirma Pepita Sandwich, que apenas terminó la carrera, se mudó a Milán por dos años dónde estudió fotografía.
Catherine Marie-Agnes Fal de Saint Phalle -escultora, pintora, grabadora y cineasta francesa conocida como Niki de Saint Phalle, artista de culto del siglo XX- fue su hada madrina en el arte.
“El año pasado pude visitar su Jardín de los Tarots en Toscana y me lloré todo. Fue un sueño cumplido y un momento para atesorar”, recuerda Pepita Sandwich, y señala otra luminarias a su alrededor: Henri Matisse, Tove Jansson, Lynda Barry, Nora Ephron y Laurie Anderson.
Pintura, dibujo, letra y música: inspiración pura. Y sueños, siempre. “Quiero tener mi propio parque de diversiones o de esculturas”.
La receta de Pepita Sandwich: "la hija de la lágrima"
PREGUNTA (RANDOM): ¿Alguna vez habrá un libro dedicado a los sándwiches que te dieron el nombre a Pepita?
RESPUESTA (sin TACC): Nunca lo pensé, pero no lo descarto. Aunque algunos años descubrí que soy celíaca, así que tendría que ser un libro libre de gluten.
De vuelta en Argentina, Pepita Sandwich comenzó a trabajar como ilustradora para la revista WATT y en campañas de moda. En 2016 publicó su primer libro, “Diario de Supervivencia ̈, y un año más tarde, partió otra vez hacia nuevos rumbos, con destino a Vermont, Estados Unidos, para hacer un master en cómics en The Center For Cartoon Studies.
“Siempre quise vivir del arte y por suerte lo logré”, resume sobre lo que quería hacer y lo que está haciendo: una poción irresistible de ilustración y diseño, que atrae por sus formas y llega hasta el fondo.
“La ilustración y el diseño son formas de comunicar. El cómic en particular es un formato muy poderoso. Se unen las palabra con el dibujo para expandir la metáfora y ampliar el mundo -describe los ingredientes de su arte- Yo siempre quiero que la gente se emocione cuando observa alguna de mis obras. La realidad es que quiero que todo el mundo llore”.
Y el mundo lloró sobre las páginas de “El arte de llorar”, un libro, como los de antes, que se tocan, se abren y se echan sobre una cama, se apoyan en la mesita de luz y se guardan y atesoran en una biblioteca.
“El libro es un objeto que nunca vamos a abandonar -afirma- Las primeras civilizaciones tenían libros y es un formato que nos conecta con todas las etapas de la Humanidad. Creo que hay una vuelta a lo manual, como un lugar de mucha verdad, y hay una especie de revalorización de lo hecho a mano, de la plasticidad de las cosas”.
¿SU ESTILO? “Me gusta creer que mi trabajo está en constante evolución. Pero creo que una de las cosas que me caracteriza es el uso del color y de la línea. No respeto particularmente el uso de la perspectiva y las leyes del dibujo tradicional. Mis ilustraciones son más bien ´deformes ´y eso me encanta”.
¿Y QUÉ? Dice Pepita Sandwich sobre sus señas particulares. “Siempre busco la rareza y la suavidad, enrarecerlo todo y ponerle un toque de dulzura”.
A su proceso creativo lo revela con la simpleza de un trazo propio. “El momento de agarrar una hoja en blanco y dividirla en secciones o paneles me da una estructura clave y una libertad infinita. Primero, suelto la idea con espontaneidad y emoción. Luego edito con particularidad. Los dos momentos son muy importantes. También me gusta mucho anotar y dibujar ideas a mano -describe Pepita Sandwich- En general, termino mis trabajos de manera digital, con un iPad y la computadora”.
Y después… una lloradita y a seguir.
Fotos e ilustraciones: gentileza Pepita Sandwich.
Más información: purodiseno.lat
