Los procesos creativos del arquitecto Juan Diciervo siempre son "medios caóticos" y "efervescentes". Le sirve no pensar en una sola cosa en particular. Así le funciona.
Mientras hace una lámpara está pensando en la que viene después y en la siguiente, a continuación. Esa dinámica motoriza su trabajo desde hace más de 24 años.
Y en ese trayecto profesional participó varias veces en Puro Diseño, "un espacio de visibilidad buenísimo para mostrar mis lámparas". Formó parte en 1999, 2004, 2006 y en 2018.
"El evento es muy bueno para mostrar el producto, empezar un camino y tener mucha visibilidad", comparte durante estos días de cuarentena en los que está, admite, trabajando y creando (que en su caso son sinónimos) con mucha intensidad.
Por suerte, admite, "como muchos de mis colegas, estamos con mucho trabajo".
"De algún modo lo nuestro no mermó tanto y tiene que ver con el aporte que puede hacer el diseño en estos tiempos: aparece como un mimo, de algo personal, de un gusto, más allá de la funcionalidad que también es importante".
Juan Diciervo se recibió de arquitecto en la Universidad de Buenos Aires. Pero en algún momento de las crisis económicas del país, empezó a diseñar.
Primero se focalizó en el diseño de muebles, pero era muy caro y estaba muy condicionado: necesitaba espacio y stock.
Así llegó a las lámparas, casi de casualidad. "Partí de una escala más chica. Le puse una luz a una cosa y así empecé y no paré". A estos objetos lumínicos le aplica su formación como arquitecto y también, la impronta familiar, como hijo de artistas.
"Me interesa que mis piezas transmitan sensibilidad, sorpresa pero también humor. A veces no sabés muy bien cómo está construida la lámpara o cómo se sostiene y hace que el usuario se haga preguntas".
Juan Diciervo
"Me gustan las formas puras, abstractas, geométricas. Creo que es sencillez hace que mis lámparas sean especiales"
El desafío es enorme: "es muy difícil hacer algo sencillo y que de resultado".
Produce con materiales diversos y usa todo lo que le produzca cierta sensibilidad: cemento, hierro, telas, resina, papeles y madera. También vidrio y aluminio. "Son materiales muy nobles y los repito a lo largo de mi trayectoria"
Apela a la artesanía y a lo manual, sin grandes pretensiones en cuanto a lo tecnológico.
"Me reconforta la idea llegar a mi casa de noche, cansado, de vuelta del taller y prender alguna luz. Tengo varias de mis lámparas repartidas en los distintos ambientes", dice acerca del sentido que tienen sus piezas.
"La lámpara tiene que ser bella apagada. Tiene que ser un objeto lindo y si encima, cuando la prendás aparece la sorpresa, es genial"
Mantener una marca en el tiempo no es un camino fácil.
"Es apasionante, pero requiere muchísimo trabajo y esfuerzo. El reconocimiento a veces nubla algunas cuestiones. Si uno quiere vivir de un marca hay que sostener un diseño, ser coherente y mantener una línea de trabajo a lo largo del tiempo"
De hecho, confiesa, cuando empezó, le "aterraba" la idea de que le vaya bien vendiendo diez o quince lámparas, pero sin saber qué pasaría después. Y entonces se ponía a trabajar. Y repitió esa dinámica hasta ahora. "Sostener una marca y una trayectoria como diseñador es trabajo, trabajo y más trabajo", cierra contento.
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