Mi vida entera, una manera de vivir y de observar lo que me rodea. Una posición frente al mundo. Un arte aplicado a un consumidor o a una función.
Mi punto de partida siempre es el dibujo, que es una expresión artística, pero el método fue cambiando a lo largo de mi carrera. También vivir en un país como el nuestro requiere que seas flexible y versatil; te obliga a tomar una nueva estrategia y pensar las cosas de distinta manera. La literatura, el cine, la arquitectura y el arte en general son una fuente de inspiración constante. Las imágenes que me conectan con otros universos que no son propios es mi alimento principal.
No creo en las fórmulas. En tal caso, creo que hay que romperlas todas. Uno tiene que seguir su instinto. A la hora de diseñar es más importante escucharse. Estar abierto a todo a la hora de buscar inspiración y proyectar, pero para diseñar hay que conectar con uno mismo. Una marca, tiene alma o no tiene alma, y eso refleja el universo propio de la gente que está atrás. Cuando empecé a estudiar en la FADU, la nuestra era la carrera con más proyección que había, y no había tantas universidades privadas como ahora. Nosotros no sabíamos cuál iba a ser nuestro trabajo. No había antecedentes, empezamos sin fórmula. Nuestros docentes no tenían experiencia en el campo y eso nos formó con mucha libertad, también. El diseño de autor tiene que ver con esa conexión con uno mismo.
Me recordaría que el atrevimiento, la inconciencia y la espontaneidad, me resultaron muy bien. A veces, miro en retrospectiva y me pregunto: ¿cómo me atreví?. Con el tiempo te volvés más miedosos, más conciente. Cuando uno es más joven, arriesgá más. Además porque cuando empecé no me conocía nadie. Ahora tengo más presión, siento que tengo una trayectoria que sostener. También me diría que ser estratega no funciona y sí dejarme volar y soñar, porque lo gente está buscando es mi sello. En mi experiencia, siempre que arriesgue que algo iba a vender, me equivoqué. La gente buscaba lo que tenía que ver conmigo , que era lo que no era comercial. Y va cambiando todo el tiempo. En tiempos de crisis, por ejemplo, en los que el ánimo general está muy caído, está bueno inyectar algo de vuelo. Cuando hay abundancia económica los niveles creativos decrecen y y en tiempos en los que hay recesión, la fantasía crece para compensar esa sensación.
No tengo idea. Es poder irte a dormir en paz, sin arrepentirte de lo que hiciste. Con la conciencia tranquila de que te fuiste fiel a vos mismo.
Cualquier prenda de Valenciaga. A medida que lo fui conociendo me fui dando cuenta de las cosas en común que teníamos. Jamás se traicióno, hizo lo que creía que lo representaba. Admiro mucho la autenticidad.
Básicamente papeles (hojas en blanco), marcadores y útiles en general. Cada vez que alguien viaja, encargo. Me fascinan los japoneses. Después, suele haber un teléfono y la computadora con música. Tengo una playlist súper variada. Y atrás tengo mi biblioteca, aunque no los mire me siento resguardado ella. Soy muy fetichista con los libros.
¿Un método de trabajo que siempre me funciona?
Trabajar y trabajar. Cuánto más hacés, más cosas surgen y se descubren.