El diseño como disciplina, tal cual lo conocemos hoy, es hijo de la modernidad y la idea del progreso. Con la crisis de la modernidad misma vemos como el diseño como disciplina tambalea.
Muchxs diseñadores del siglo XX trataron o tratamos de democratizar el uso de los objetos bellos para mejorar la vida de las personas, o al menos hacerlas más llevaderas. Sin embargo alimentamos el monstruo del consumismo.
No somos pocxs quienes nos dedicamos a esto como profesión y que, en algún momento, nos sentimos incómodxs con lo que hacemos y con lo que hacen lxs otrxs con aquello que diseñamos.
Vemos el objeto de nuestro trabajo fabricado en condiciones de informalidad, objetos trasladados desde el otro lado del mundo, fomentando modelos de vida inalcanzables, artificiales, insostenibles.
Objetos usados y pasando a ser parte de montañas de desechos sin ningún respeto por las personas ni el medioambiente, marcando aún más la brecha entre quienes pueden acceder a ellos y quienes sólo miran la vidriera.
Hoy vemos, escuchamos y discutimos sobre los nuevos paradigmas del diseño: un diseño socialmente responsable, el diseño sostenible, el diseño con perspectiva de género y el diseño eco-amigable están en la agenda diaria, y eso es una buena noticia.
Es por eso que el diseño atraviesa quizás uno de los momentos más interesantes desde sus comienzos porque se está repensando a si mismo.
El siglo XX le dio vida y este XXI lo desafía a tomar las riendas de su propio rumbo. Hoy se trata de diseñar el mundo en que queremos vivir, y esa es una tarea de todxs.
Actualmente, hay jóvenes que entendieron al diseño como un espacio más amplio, desdibujando sus fronteras. Son jóvenes que conciben un diseño que emerge desde los lugares más diversos, que se formaron en la universidad pública y reconocen la responsabilidad que esto conlleva. Ellos se inventaron en este contexto de crisis de la disciplina y marcan el rumbo para que otrxs jóvenes sigan haciendo preguntas.
La autora: Marcela Bonifacio
Marcela Bonifacio es Diseñadora de Indumentaria FADU/UBA (Universidad de Buenos Aires).
Con más de 20 años desarrollándose como diseñadora de indumentaria en la industria de la moda, hoy diseña trajes estructurales para bomberos de acuerdo a los más altos estándares técnicos y normas internacionales.
Fue responsable de producto de algunas de las mejores marcas de indumentaria de moda del país.
Se desempeña como docente en la Universidad de Buenos Aires donde además es investigadora. Además, fue docente de la Universidad de Morón, como invitada por el CIT (INTI) y asesora-capacitadora en empresas del sector.
En los últimos 15 años ha volcado su experiencia profesional y docente en proyectos con perfil social. Es asesora de proyectos de capacitación en Indumentaria y Textil de la Fundación Banco Credicoop. Coordina académicamente el proyecto Cosiendo Redes que capacita en oficios textiles para la inclusión laboral.
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Producción: Elisabet Correa.
Más información: purodiseno.lat