Es un exclusivo reloj lujoso y con una estructura fuera de lo común que lo relaciona una película de ciencia ficción.
Como si fuera el gadget de un agente especial de película, o la réplica a escala diminuta de una nave interespacial, el reloj Urwerk UR-112 llama la atención al primer contacto.
Se trata de un reloj de lujo con un complejo diseño completamente fuera de lo común de producción limitada que no pasa inadvertido.
Imposible permancer indiferente a la visión de este reloj Urwerk UR-112 “Aggregat Odyssée” que es el producto de una sofisticada combinación de engranajes y un sublime montado que caracteriza a la relojera suiza.
Si bien su diseño también remite a al tablero de un auto, Martín Frei, diseñador en jefe y cofundador de Urwerk, explica mejor el origen de su rara invención.
“Las fuentes de inspiración de este UR-112 son muchas y difusas -advirtió en una entrevista de presentación de su producto estrella de 2022- Los recuerdos, los olores, las experiencias de nuestros viajes nutren mi imaginación y se encuentran en esta creación que cuenta con un toque sutil”.
Su reloj surgido de las mil y una fantasías y sensaciones presenta superficies planas, curvas, ranuradas, esculpidas, atornilladas y sujetadas. Todas con acabados en los que destacan los tonos mates, brillantes, el arenado y lo pulido.
“Este reloj también viene a ser una corazonada: lo que hemos creado es una nave espacial, un OVNI, todo un reto técnico. Lástima que sólo podemos fabricar pocos ejemplares”, expresó en un comunicado Felix Baumgartner, cofundador de Urwerk y maestro relojero de la casa suiza.
El cuerpo central del Urwerk UR-112 es de titanio satinado, con ranuras, y posee dos alas de acero que encajan en el cuerpo central.
La parte superior exhibe una suerte de “capó” de acero ranurado que se abre verticalmente.
Solo se fabricará un máximo de ocho piezas de este durante durante 2022, a un precio estimado de 280 mil dólares cada una.
Felix Baumgartner, maestro relojero y cofundador de Urwerk nació en Schaffhausen, Suiza, en el seno de una familia relojera. “Su primera palabra fue “tic-tac””, dicen en su presentación en la página web de la compañía.
De Winterthur, Suiza, Martin Frei es diseñador jefe y cofundador de Urwerk. Su padre era ingeniero en investigación básica, y fabricaba máquinas mientras que su madre fue su primera profesora de arte.
Félix Baumgartner aprendió relojería en el taller de su padre, responsable de la restauración de algunos de los relojes históricos más importantes del mundo. Y luego se matriculó en la prestigiosa escuela de relojería de Solothurn.
Por su parte, Martín Frei obtuvo su diploma en Diseño Gráfico de la Escuela de Artes Visuales de Zúrich, en 1989. Y después, la Licenciatura en Artes en la Hochschule für Gestaltung und Kunst en Luzern, Suiza. Allí fue alumno de Roman Signer, un artista suizo de renombre internacional.
Félix y Martín Frei se cruzan por primera vez en 1995, y junto con el hermano de Martin, Thoma Frei, quedan unidos por “la pasión por medir y retratar el tiempo”. Y, tras una larga discusión e intercambio de filosofías y sueños, culmina en la decisión de crear su propia visión del tiempo.
Urwek se fundó en 1997 con el objetivo de “diseñar y fabricar relojes de alta relojería que combinen la tradición con una visión futurista”.
Y su nombre proviene de la ciudad de UR en Mesopotamia, el primer lugar donde se moldeó nuestra percepción del tiempo. Y WERK que significa trabajar, crear, evolucionar, moldear, forjar y despertar emociones, en alemán.
“Comenzamos esencialmente como un grupo central de artistas que querían interpretar el tiempo de manera diferente”, dice Martín Frei.
Y Félix Baumgartner agrega: “No éramos empresarios. Era extremadamente arriesgado porque no teníamos idea de cómo serían aceptados nuestros relojes”.
Más información: purodiseno.lat