El helado es protagonista de un museo a la medida de los tiempos. Se trata del Museo del Helado, una nueva atracción de los paseos en Nueva York.
Colorido, con diseño, “instagrameable” por donde se lo mire y donde sea que te detengas, el Museum of Ice Cream propone en sus tres pisos una experiencia inmersiva y mutisensorial que celebra al icónico postre.
Los visitantes pueden tirarse a una pileta -la “piscina sprinkle”- llena de granas multicolores de un salto o usando un tobogán-, caminar a través de un laberinto de bananas colgantes e ingresar a un vagón subterráneo iluminado con luces rosas de neón.
El rosa es la tonalidad predominante en el Museo del Helado, en el SoHo neoyorquino. También hay una apuesta por los colores del arcoíris que celebra al orgullo LGBTIQ+.
No recurre a recursos digitales sino que ahí es todo real ¡pero fantástico! y sus creadores aseguran que para concebirlo tuvieron más en cuenta la generación que se entretiene con las plataformas de streaming desde su casa más que que los asiduos visitantes de los museos de arte.
Y así inventaron su propia palabra que resume ingresar a Museo del Helado, una “experium” (experience + museum) única que, además de decenas de escenarios para selfies, propone muchas actividades interactivas, como crear tu propio nombre de helado.
El Museo del Helado (MOIC por sus siglas en inglés) es considerado una de las nuevas grandes atracciones de Nueva York.
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