Azzedine Alaïa y Madame Grès nunca estuvieron tan cerca. Dos almas gemelas creativas, ahora unidas a través de la exhibición “Alaïa/Grès, más allá de la moda”, que se acaba de inaugurar en París.
La clave de la exposición es el diálogo entre sus obras escultóricas aplicadas a vestidos de los archivos de la Fundación Azzedine Alaïa.
La exposición Alaïa/Grès Beyond Fashion reúne por primera vez a Madame Grès y Azzedine Alaïa, dos escultores legendarios del vestido. En la Fondation Azzedine Alaïa se exhiben 60 creaciones que celebran el arte atemporal de la alta costura, hasta el 11 de febrero de 2024.
La exhibición de Azzedine Alaïa y Madame Grès en París
“Un diálogo escultural”. Es la propuesta de la exhibición que refleja la alianza creativa de Madame Grès (1903-1993) y Azzedine Alaïa (1935-2017), una dupla que dejó su huella en la historia de la moda a través de su pasión compartida por el arte de la alta costura.
La muestra presenta una exquisita colección de vestidos largos, siluetas vaporosas, magistrales plisados, entre otros diseños de “vestidos escultóricos”.
Los vestidos de Grès que se impusieron en los años 30, se funden con la creatividad icónica de Alaïa. Para la muestra se eligieron apenas un 10 % de las casi 700 vestidos de Madame Grès en el inventario de la fundación de Azzedine Alaïa.
Aunque seguramente nunca se conocieron, “Alaïa/Grès, Beyond Fashion” busca reproducir un encuentro entre estos espíritus afines que buscaron proporciones y cortes precisos.
Curada por Olivier Saillard, director de la Asociación Azzedine Alaïa, la exposición relata cómo cada uno utilizó con gran efecto las técnicas elegidas y las paletas principalmente monocromáticas, creando diseños escultóricos para el día o la noche.
“No tengo nada que decir y todo que mostrar. Todo lo que hago es trabajar, trabajar, trabajar. Cuando no estoy durmiendo, estoy cortando. Esa es mi vida”, expresó Madame Grès, una diseñadora que halló en la moda lo que buscaba en la escultura.
A lo largo de cinco décadas, hasta los años 70, Madame Grès se dedicó a la construcción de un estilo más allá de las tendencias, e hizo del drapeado, una forma de arte. Azzedine Alaïa amaba su trabajo tanto que un gran número de sus obras se encuentran en sus aclamadas colecciones de archivo.
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