La diseñadora Julieta Gracia propone objetos atemporales estampados a mano. Comparte los desafíos de llevar adelante un proyecto propio y su búsqueda por ser más sustentable desde su marca, Apio.

Julieta Gracia es diseñadora gráfica y de indumentaria. En 2015 decidió lanzar su propia marca para "poder plasmar esas cosas de su profesión que no estaba pudiendo aplicar en ninguna parte". La serigrafía se le impuso como una necesidad después de hacer un curso sobre esa técnica cuando estaba terminando una de las carreras universitarias que cursó.

Desde su proyecto, Apio, crea objetos de algodón con estampas caseras hechas a mano"Desde el principio me orienté a crear productos que duren, que generen apego y no sean una cosa más de las que compramos y luego abandonamos. Por eso elegí como material principal el algodón, que es súper confortable y muy duradero"

La diseñadora quiere lograr objetos atemporales que se atesoren, "como las mantitas que tejían las abuelas o los vestidos que hacia mi mamá, pero con una impronta contemporánea"

Su valor diferencial está en desarrollar un producto, a pesar de que, a veces, "el paso de estampar resulte engorroso y trabajosos". Pero los resultados, lo valen, dice.

Actualmente, admite, está revisando la identidad de la marca para transmitir un concepto más natural y sustentable. Intenta minimizar el uso de plástico en los productos y sumar tintes naturales.

"Si bien uso sólo tintas al agua (en las cuales la mayor parte del producto es agua) quisiera que mi marca no tenga un impacto negativo en el planeta. Por ahora, es algo que estoy proyectando ya que todavía no las encontré en el mercado, pero es uno de mis objetivos"

El proceso creativo comienza siempre con una investigación: le gusta mirar propuestas de decoración y de ilustración. "Aunque estoy más orientada a lo no figurativo, estoy optando por gestos manuales y diseños. Trato de sintetizar en distintos trazos, aspectos de la naturaleza, del cuerpo y un poco de lo que es tendencia hoy"

Emprendedora y entusiasta, el desafío de mantener un proyecto propio implica no poder no perder las ganas.

"Es difícil competir con productos masivos industrializados y con los miles de proyectos autogestivos hermosos que vemos todos los días en redes o sites"

Muchas veces, comparte, duda sobre el camino a seguir : se pregunta si está bien lo que está haciendo o si está gustando. "Por suerte, siempre surge algo lindo que me pone de vuelta en el camino correcto y sigo para adelante"

De todos modos, no podría hacer otra cosa: "mi proyecto es el lugar en el que puedo hacer lo que siento, transformar según mi gusto y mis ganas. Cada cambio de mi vida impacta en mi proyecto y es un nuevo Apio que se renueva. En ese cambio la marca encuentra su mejor versión".