Un refugio, un lugar para jugar, un espacio propio al aire libre y en contacto con la naturaleza.
Eso es lo que le diseñó y construyó el artista ruso Gregory Orekhov a su pequeña hija Agatha. Y para hacerla se inspiró -y recreó- la forma natural de un huevo.
Su hija quería algo original, y su padre le cumplió el sueño y más alla, creando un espacio de estructura ovoide tan moderno como con reminiscencias al cine de ficción de los años 60 y 70.
El escultor Grigory Orekhov diseñó un huevo totalmente blanco en el medio de un inmenso jardín verde, en la localidad de Nikolina Gora, en las afueras de Moscú.
Este original proyecto de casa de juegos fue pensada también como un espacio funcional para adultos, como refugio de intimidad y reflexión.
Y para hacerlo el escultor volvió a la figura del huevo que ha formado parte de su trabajo habitualmente.
“El ovoide es una forma arquitectónica perfecta en términos de proporciones. Es autosuficiente, no tiene nada de superfluo -expresó Orekhov en una entrevista para Russia Beyond- He sentido una fascinación inconsciente con él desde que era un niño. Pero también es un símbolo religioso antiguo, la imagen del renacimiento de nuestro mundo interior”.
El video de la casa huevo de Grigory Orekhov
Desde 2016, cuando presentó la serie “My Egg”, el escultor, la forma ovoidal es seña particular de su trabajo.
Pero ninguno tuvo la trascendencia global del particular playroom para su hija que construyó con cientos de láminas de madera contrachapada, apilados una encima de la otro y lijadas.
Las paredes tienen 30 mm de grosor aproximadamente y un detalle de diseño es que en la parte superior del huevo hay una ventana en por la que entra la luz y que también funciona como válvula de ventilación.
Para ingresar a “la casa ovoide” cuyas dimensiones son 250 x 250 x 320 centímetros hay que subir tres escalones hechos de acero inoxidable.
En el interior, de un lado hay un banco con una almohada, para descansar, y del otro, mesa con una silla para hacer alguna actividad.
“Agatha pinta mucho y este es un lugar donde hace su arte. Además, es un lugar interesante para escuchar música porque la forma de la habitación crea un eco”, explicó su ingenioso creador que agrega que su proyecto tiene una alusión al viente materno y a “la vida antes del nacimiento”.
“Es un refugio para cualquier persona que busque privacidad y un respiro del mundo exterior (…) En nuestra vida cotidiana, siempre tenemos prisa, no podemos detenernos y este es un espacio donde puedes encontrar este Zen”, concluyó Orekhov.
El artista cuenta que le llevó varios años terminar el proyecto, especialmente por cuestiones financieras. Pero advierte que si surgen propuestas para monetizarlo, realizará una versión en serie de esta particular casa de juegos que, tal como la hizo, es imposible de transportarla. ¡Empezando porque su hija Agatha no se lo permitiría!
Nacido en Rusia, Gregory Orekhov es hijo de un popular artista ruso y académico, Yuri Orekhov, y fue su padre su primer maestro artístico.
La escalera y la casa huevo de Gregory Orekhov
Además de trabajar en la dirección arquitectónica y artística, sus proyectos -en Rusia y en el extranjero- a partir de 2015 Orekhov se volcó al arte. Y una de sus piezas más celebradas se llama Agatha -como su hija- y consiste en un juguete gigante de acero inoxidable.
En 2020, el artista también instaló Ovoid, una escultura junto a los Museos del Kremlin de Moscú como parte de la exposición Carl Fabergé y Fyodor Rückert en la Sala de Exposiciones del Campanario de la Asunción y la Sala de Exposiciones del Palacio Patriarcal. Y tras la muerte de su padre, el año pasado, Gregory Orekhov se convirtió en el director de la Fundación Escultor, creada por su padre en la Academia de las Artes de Rusia.
Gregory Orekhov; un artista que celebra el diseño del huevo
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