La historia detrás de la estación de servicio abandonada que se convirtió en un bar estilo art decó – PuroDiseño
 

La historia detrás de la estación de servicio abandonada que se convirtió en un bar estilo art decó

Federico Mallía compró el edificio de 1938 en reuinas y lo transformó en un bar de película. Para Ti DECO charló con él en exclusiva para conocer la historia de lo que promete ser un nuevo ícono gastronómico, y una parada obligatoria para quienes visitan Alicia, una pequeña localidad en la provincia de Córdoba.
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Seguro lo viste en redes y portales. El bar de tragos bautizado "Estación 38" se convirtió en un boom en Internet por su original diseño y arquitectura. Y es que, básicamente, tiene el poder de hacernos viajar en el tiempo, más precisamente a una típica Estación de Servicio YPF del año 1938.

La mente creativa detrás de este proyecto es Federico Mallia, de 33 años y oriundo de Alicia, un pueblo de la provincia de Córdoba, en el cuál se ubica esta nueva propuesta gastronómica. Lo curioso, es que la historia detrás de la puesta en valor y revalorización de este edificio de época estilo art decó toca diferentes aristas en la vida del empresario: un lado sentimental que lo remonta a su infancia, su pasión por la arquitectura, su vocación gastronómica y el amor por el pueblo que lo vio crecer.

Antes y después: de estación de servicio en ruinas a bar de tragos con estilo art decó. Foto: gentileza Lautaro Martínez.

-¿Cuál fue el disparador que te incentivó a crear este proyecto?

-Para poner un poco en contexto me crié en una estación de servicio que tenían mis padres en el centro del pueblo. Por otro lado, la arquitectura me apasiona desde siempre y sentía que era el momento perfecto para poner un desafío más en marcha, sumado a que el edificio, aparte de estar abandonado, contaba con un estilo art deco único y me parecía realmente increíble la idea de hacer algo ahí. 

Como en el pueblo la demanda gastronómica ya está cubierta, sentí que había que poner un pub pensando para el público en general pero también muy centrado en los jóvenes que decidieron quedarse en el pueblo, como yo, y en los que se vuelven todos los fines de semana a visitar a su familia.

-¿Trabajaste en equipo con más personas?

-Trabajé junto con Alejandro Spicchiali, un arquitecto amigo de una localidad vecina, al que también le pareció increíble la idea apenas se la comenté.

-¿Por qué decidiste dejarle la firma (YPF) y mantener la esencia?

-Esto es un patrimonio histórico y como tal había que respetar cada una de sus líneas sin perder su esencia. Por eso decidimos mantener las letras YPF gracias a la ayuda de un escultor local que pudo restaurarlas e intervenirlas.

-¿Qué fue lo primero que se hizo en el lugar y cuál fue la parte más difícil?

-Lo primero que hicimos fue limpiar el lugar. Después arrancamos con la restauración de la fachada que estaba en riesgo de derrumbe. Y la parte más difícil fue dejarla prácticamente en el aire llena de puntales para poder hacer vigas y columnas que hoy son el resultado de una estructura súper segura.

-¿Cuánto tiempo llevó la restauración y puesta a punto?

-La recuperación y creación de Estación 38 nos llevó dos años y medio. Pero valió la pena cada segundo puesto ahí.

-¿Se mantuvieron algunos detalles arquitectónicos intactos?

-Se mantuvo cada detalle de la estructura original y lo agregado, como se puede ver en las fotos en la parte izquierda, fue realizado cuidando mucho su originalidad e impronta art decó. Por otro lado, las molduras del techo fueron realizadas nuevamente ya que estaban apoyadas sobre una carga de tierra y ladrillos rojos, tal como se usaba en esos años.

En proceso de restauración y puesta en valor. Foto: gentileza Lautaro Martínez.

-¿Te encontraste con algún hallazgo o "tesoro escondido" en el proceso de restauración?

-Mi tesoro escondido fue cuando se tumbaron los revoques de techos de adentro. Me encontré con que estaban hechos de hormigón armado y tenían marcadas hasta las vetas de la madera utilizada en esos años, tal es así que hoy quedaron originales y no se volvieron a revocar.

-¿Qué esperás de este proyecto?

-Espero que la gente pueda disfrutar y darle el mismo valor que le di yo desde el primer día que entré ahí, cuando no era más que un lugar en ruinas, lleno de basura y con malas energías.

Así es "Estación 38" por dentro. Foto: gentileza Lautaro Martínez.

-¿Te tomó por sorpresa que se haga viral en redes o era algo que sentías que iba a pasar?

-Busqué mucho que la gente algún día lo pueda conocer aunque sea de manera virtual. Me contacté con el equipo de @reformandocasas y me dieron una gran mano. Pero lo que me tomó por sorpresa fue la difusión que tuvo, lo que generó en la gente y los mensajes de cariño que llegaron de diferentes puntos del país. Fue una caricia al alma y una inyección de cariño para nunca bajar los brazos y hacer más proyectos como este, aunque el contexto de hoy no sea el mejor y lleve más años poder lograrlo. Todo esto me enseñó que los sueños nunca hay que perderlos de vista.

-¿Tenés en mente seguir haciendo proyectos de este estilo?

-Mi sueño es dedicarme a esto. Creo tener el don de ver los lugares terminados antes de empezarlos. "Arquitecto no es el que tiene títulos, sino el que tiene ideas", esta frase me la dijo una amiga que está estudiando arquitectura y se me grabó.

-¿Hay algún lugar abandonado y en ruinas que te gustaría renovar?

-Por el momento no tengo nada en mente. Sí estoy dispuesto a ayudar a quien tenga ganas de hacer algo así. Pero antes de encarar un proyecto primero tengo que conectar con el lugar, tiene que haber algo especial que me tire y me motive a hacerlo.

El bar por dentro. Foto: gentileza Lautaro Martínez.

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