Es Brasilera y dibuja, desde Londres, para las marcas más importantes del mundo. La directora creativa muestra a mujeres que disfrutan de sí mismas.
Componer, lograr formas, texturas vibrantes y colores llamativos: es la pretensión de la artista multidisciplinaria Bárbara Malagoli en cada propuesta de ilustración que hace para las marcas más reconocidas del mundo.
Es brasilera, originaria de San Pablo, pero actualmente vive y tiene la base de su estudio en Londres.
Desde hace años trabaja como ilustradora de proyectos diversos y liderando equipos de diseño, como directora creativa.
En la carpeta de clientes de esta joven artista (que todavía no cumplió los 30 años) suma marcas de lo más diversas, como Google, Campari o McDonald's. También buscan sus imágenes para ilustrar sus notas y contenidos medios de todo el mundo, como The New York Times, The Guardian y revistas como Vogue.
En sus trazos intenta transmitir arquetipos de mujeres sensuales y espirituales, profundamente vinculadas a la naturaleza, siempre cercanas a distintas formas de flores o representaciones naturales. Rodeadas de lunas o nubes.
Su estilo minimalista está influenciado por la psicodelia de los años 70.
Malagoli tiene una formación autodidacta, motivada por la pasión por el dibujo que tiene desde chica, cuando le gustaba pasar horas copiando las imágenes de Marvel o Disney. A sus 18 vendió su primera ilustración en una revista y desde ahí no paró.
Intenta capacitarse todo el tiempo para poder, "crear con mayor libertad", animar sus ilustraciones o sumar pintura acrílica a sus dibujos. Aprender nuevas técnicas para satisfacer sus necesidades creativas y de expansión. Todavía tiene mucho camino por hacer.
En cada una de sus ilustraciones busca reflejar a mujeres que disfrutan de sus propios placeres, "sin la presencia de un otro" en la escena. Una conquista femenina que también le sirvió de inspiración a la artista tailandesa Yung Cheng Li para transmitir un mensaje de autonomía. Chicas empoderadas que la pasan bien.
Las suyas son mujeres de cuerpos naturales y formas propias, pero todos fluyen en el escenario colorido de sus creaciones.
Cada ilustradora tiene su estilo y las distintas técnicas permiten desarrollar diferentes composiciones y un lenguaje propio. Para la diseñadora argentina Laura Varsky también es un dispositivo de comunicación para hacerse preguntas.