Ocho dulces de pastelería japonesa (wagashi) envueltos, según indica la tradición, en pañuelos (furoshiki) con los colores vibrantes, el diseño, los patrones ¡y lunares! inconfundibles de Yayoi Kusama.
Así es el set que Ana Irie -descendiente de japoneses, chef y pastelera- creó junto con Maru Hanashiro, también descendiente de japoneses, artista visual y diseñadora de estampas textiles.
“Me encanta hacer wagashi contando una historia”, escribe Ana en su cuenta en Instagram (@ana_irie).
Y esta vez la que cuenta y la inspira es la asombrosa historia de supervivencia y superación a través del arte de Yayoi Kusama, un ícono del arte contemporáneo que artistas, diseñadores y la industria de la moda adora.
Cuando Ana Irie conoció a Yayoi Kusama
“Pude ir a la isla de Naoshima, en Japón, donde están sus trabajos, y es una experiencia increíble -cuenta Ana a Puro Diseño- Es una isla llena de arte en todos lados, con obras al aire libre, y entre ellas las calabazas, de Kusama, la roja y la amarilla”.
Ambas están presentes en el diseño de la edición especial de febrero 2023 -limitada y con reserva previa- que rinde tributo a Yayoi Kusama.
Las calabazas que obsesionaron a la artista nacida en el seno de una familia de agricultores de Matsumoto, Japón, en 1929, son evocadas, en su estética y colores, a través de los pañuelos cuadrados de tela que envuelven los dulces de Ana, también asociados a la temática.
Furoshiki: los pañuelos que envuelven la historia de Japón
Se llaman furoshiki, Ana los idea junto con su amiga Maru Hanashiro (@maruhanashiro), y evocan los pañuelos que se usaban en la antigüedad en Japón como envoltorio o para contener y llevar cosas, especialmente alimentos.
Actualmente se volvieron a usar, por una cuestión ecológica -para reducir el plástico- y este envoltorio tan ligado a las costumbres japonesas, luce más vistoso y más dulce que nunca si lo que cubre y descubre es un set de wagashi.
“Cada mes cambiamos las temáticas de nuestros set especiales que incluyen productos de otros emprendimientos locales que hacen pastelería japonesa -cuenta Ana Irie- Hicimos una serie de sakura (flor del cerezo), de naturaleza y arte de Japón y personajes de Ghibli”.
Y cuando se acaban los dulces, queda el furoshiki, que esta vez realza los motivos distintivos de Kusama: lunares, flores, y las calabazas, con forma “cautivadora y atractiva” que encantó a la artista desde su infancia.
Las calabazas de Yayoi Kusama
Así nacieron la calabaza amarilla, salpicada con lunares negros y en contraste con el paisaje de playa y montañas de la isla de Naoshima, prefectura de Kagawa. Y la calabaza roja, en el puerto de Miyanoura y mirando a la costa de Naoshima. Tiene 4 metros de altura, 19 metros de diámetro -es la obra más grande de Yayoi Kusama- y está hecha con fibra de vidrio.
Son dos íconos de la artista que conquistó mundo. Ana Irie también quedó fascinada al verlas in situ, en el hogar de sus ancestros.
“Conocer su historia de vida que no fue fácil, agiganta su vida y obra artística. A través del arte ella pudo canalizar todas las alucinaciones que se le cruzaban por la cabeza. Y pudo salir y hacer este arte increíble que llegó a todo el mundo”, expresa su devoción.
Es la tercera vez que la pastelera presenta un set inspirado en Yayoi Kusama, y agrega que por tratarse de ediciones limitadas, la repetición de temáticas resulta una demanda del público.
“Hay personas que compraron la anterior ¡pero quieren otros furoshiki!”, cuenta entusiasmada, y advierte que hay 4 motivos diferentes, pero que no se puede elegir el motivo. “Es al azar, ¡pero son todos hermosos!”.
Más información: purodiseno.lat