Está ubicada en Brasil y está inspirada en las plantas nativas de la zona.
El estudio con sede en San Pablo, Marko Brajovic, esta cabaña sobre pilotes en la pequeña ciudad de Paraty. Rodeada de árboles y en medio de un paisaje selvático, Monkey House (así se llama) está enclavada esta casa vertical pensada para recibir a amigos en medio de la pandemia y conectar con uno mismo y con el exterior.
La estructura es en base a una serie pilares delgados y densos, inspirados en la morfología de las raíces de la palmera Juçara, asegurando así la estabilidad de la construcción vertical.
Brajovic montó el diseño después de observar cómo las plantas anclan su tallo en la tierra.
Para el marco de la cabina, el arquitecto seleccionó madera de garapeira, una madera tropical dura de color oscuro.
El techo a dos aguas exagerado de la cabina está hecho de Galvalume, un tipo de metal corrugado tratado.
Es una casa vertical de dos dormitorios que se puede transformar en salones gracias a que los servicios de cocina y baño están organizados por flujos independientes.
Dos terrazas laterales favorecen la ventilación cruzada y una generosa terraza en el último piso crea un ambiente multifuncional para actividades físicas, estudio y meditación.
La casa compacta tiene 54m2 de área interna y otros 32m2 de áreas cubiertas, proporcionando una conexión muy fuerte con el contexto natural del bosque.
Los interiores están diseñados con acabados de producción de bambú hechos a mano, cortinas hechas con redes de pesca de las comunidades locales, muebles que combinan objetos de diseño japonés con artesanías de la comunidad guaraní.
La estética salvaje que rodea la casa fue posible impulsando el crecimiento natural de las mismas plantas endémicas de los alrededores, reforzando así la experiencia de que la casa se sumerja en un contexto natural original.
Monkey House se abre en todas las direcciones, gracias a las terrazas laterales internas y el balcón en el piso superior, proporcionando así ventilación natural y espacios exteriores cubiertos.
The Monkey House busca ser un observatorio pero también un lugar de encuentro y reencuentro con la propia esencia y con la naturaleza.
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