La londinense puso a bailar a una serie de esculturas de tela acolchonadas que celebran el cuerpo humano sin restricciones. Experimentación textil, arte y performance.
Desde que se graduó como diseñadora de moda en Central St Martins, la artista londinense Daisy Collingride, desafía los límites de la práctica textil. Manipulando telas, una obsesión que tiene desde su infancia, creó una serie esculturas que muestran a la figura humana en sus distintas formas y posibilidades de movimiento.
Su proyecto -Squishy- está integrado por distintos personajes, performáticas, blandas y esponjosas. A cada personaje, Collingridge los imaginó con su nombre y especificaciones estéticas y corporales. Burt fue la última incorporación (en 2019), seguida por Lippy y Nigella, las primeras, creadas en 2016.
Artista experimental si las hay, en su trayectoria también hay que apuntar, haberle hecho uno de los extravagantes vestidos que la cantante islandesa Björk eligió para uno de sus conciertos.
Ahora, Collingride llama la atención con estos trajes "carnosos y acolchonados" que buscan ser una representación posible (alegre) de la forma humana y las posibilidades de movimiento. Su propuestas, explicó la artista, "no promueven ni degradan un tipo de cuerpo". Más bien, sugieren que pensar en una figura idea es ridícula.
Arte, moda y preformance son los conceptos que propone y que la llevaron a ser merecedora, en 2016, del premio a mejor diseñadora internacional otorgado por World of Wearable Arts Competition.
Las capas superpuestas, similares a la piel, fueron cosidos a mano sobre una base de pantalones o camisetas. El interior se rellenó de materiales diferentes, para lograr distintos pesos y texturas. Algunas partes llevan arena y otras espuma.
La artista, además, asignó un color a cada parte de la anatomía muscular: rosa apagado, morado, azul y amarillo o naranja.
Esculpir y modelar con telas, le resulta "más táctil y realista". Además de perecedera: "el textil es suave y cálido, y al igual que las personas, no dura para siempre.
Parte de la fascinación que tiene su autora con su proyecto tiene que ver con poder crear videos protagonizados por sus piezas portátiles: un trabajo cinematográfico y divertido. Cosas que pasan cuando el arte y la creatividad se junta con la experimentación textil.