En diseño, nada suele lo que parece a simple vista. Mucho menos los materiales.
El diseñador holandés Ward Wijnant revela en esta pieza los colores ocultos e inesperados que adquiere el acero cuando se oxida.
El banco (llamado Carbon) potencia las ventajas estéticas y las texturas de la materia prima cuando es sometida a un proceso de oxidación, que lo eleva a altísimas temperaturas.
Así, muestra un azul iridiscente y un amarillo pálido muy atractivo y original.
A medida que las losas se calientan, pasan primero de amarillo a marrón, después al turquesa y enseguida al azul.
Para crear las texturas gruesas, el diseñador trabaja el acero como si fuera madera dibujada a mano, a través de un lápiz. El relieve se mezcla con la superficie y genera un juego de contraste.
El objetivo es crear una línea completa de muebles, trabajada de este modo.
Carbon es la punta de lanza.
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