Relojes de pared pero también mesas de metegol; biombos que son además son lámparas y espejos, sillones, estanterías, floreros o bandejas: la firma italiana Giacopini se consagra en el uso del metal.
Cada pieza de identifica porque el acero es la estrella. Casi exclusiva.
Su silla Flip es un asiento que integra chapa reforzada: con dos puestos de trabajo y una mesita coordinada que, al girar, integra un reposapiés.
Bea es una mesa de centro modular de metal que permite composiciones creativas, simples o extremadamente complejas. Está hecha con módulos y accesorios que le dan versatilidad.
La potencialidad es enorme. Juegan con una paleta de colores cálida y algunos tonos más estridentes, que no suelen ser aplicados a este tipo de objetos cotidianos.
Por algo, su biombo Déjà-vu, en metal troquelado, tiene triple función -es espejo y lámpara- acaba de ganar uno de los premios Cleverest Award 2019 de Architectural Digest USA.
La marca produce piezas multifuncionales, flexibles y adaptables.
Dos láminas de metal curvadas enfrentadas se abrazan para crear Hug, un paragüero geométrico con un diseño refinado y elegante.
Fuertes pero livianas. Narciso es un objeto decorativo que nace de una sola hoja de metal, doblada en la parte inferior. Tiene dos versiones: porta flores y portavelas.
Que se adaptan y aportan mucho estilo a cualquier espacio.
El perchero para dormitorio o recibidor está fabricado con varilla de hierro curvada. Tiene un diseño armonioso y sutil.
El metegol es uno de sus diseños más destacados. Está totalmente realizado en metal, con agarraderas y pelotas de corcho. Las posibilidades de un material.