El concreto, usualmente utilizado en la construcción, surge como un material inesperado al hablar de joyería, pero es a prueba del tiempo. Su textura guarda una historia y refleja un carácter que puede ser sentido.
El trabajo sobre cada pieza es artesanal y lleva alrededor de 3 días para su terminación. La técnica, justamente, simula la técnica arquitectónica de hacer concreto: se mezcla arena, cemento y aditivos (en algunos casos). En general usamos remanentes de distintos proyectos de construcción, que adquirimos en tiendas de materiales especiales para ese fin.
Hay que procurar no incurrir en errores en cuanto a las proporciones cada uno y tener atención especial en clima, que afecta el curado de cada pieza. Esta es la parte más trabajosa y de mayor cuidado: cualquier variación en las proporciones de material o en la temperatura ambiente del momento puede hacer que las piezas pierdan su resistencia. La mezcla se vierte en moldes de tal forma que no queden burbujas dentro, se deja curar por unas entre 12 y 15 horas, se desmolda y por varios días se rocía con agua para que su curado sea perfecto. Una vez secos, se limpian y se combinan con distintos metales para armar piezas de joyería, como son la plata, la alpaca, el bronce o el acero.
En cada una suele trabajar una sola persona, máximo dos, porque los metales con los que se combinan deben ser soldados y pulidos. Su armado, por lo general, no implica complejidad mayor. Aunque el momento en el que se insertan hilos de metal o acero es de detalle. Algunos modelos, por su forma particular, requieren del armado de un "alma" o estructura interna hecha con metal. Como la construcción de columnas arquitectónicas para garantizar aún más su resistencia. Por otro lado, no se busca que el acabado sea perfecto, ya que en las pequeñas imperfecciones se percibe la simpleza de lo cotidiano.
En las morfologías y combinaciones cromáticas se resignifica la sutileza del diseño arquitectónico. Las piezas van dirigidas a mujeres u hombres que disfrutan del diseño arquitectónico y urbanístico, y ven reflejada su identidad en un collar, un par de aros o hasta en un anillo que pueden llevar todos los días, o para una ocasión especial, sin tener que estar pensando en con qué lo combinan. Una remera básica basta y sobra para que la pieza luzca como protagonista.
Vanesa Borré , creadora de Minkaa, es abogada urbanista y joyera. Estas piezas se pueden conseguir en la tienda del MALBA, en Casa OZ una tienda de diseño ubicada en Palermo Hollywood y en el Paseo del Bosque, local 8, en Mar de las Pampas.