A la firma coreana D’strict se le ocurrió llamar la atención en las calles de Seúl de una manera alocada. Y lo consiguió con creces. Montó una instalación de cristal que transporta al paseante directamente al mar.
El video se volvió viral.
Los creativos utilizaron la tecnología LED para lograr el efecto impactante: las olas parecen estar a punto de romper el vidrio e inundar las calles, ahora poco concurridas por la pandemia de COVID 19. Pero la obra está ubicada en uno de los centros neurálgicos de la ciudad.
El audio completa la experiencia envolvente. El gesto se logra gracias a la tecnología digital que permite distorsionar una proyección de modo de que parezca real.
La pantalla electrónica mide 80 metros de ancho y 23 metros de altura y está encendida durante 18 horas al día. Así crea un entorno construido asombroso.