La productividad es la palabra clave del mundo laboral, especialmente desde que se instaló el home office primero, y el sistema híbrido después.
Empresas, empleados y trabajadores por cuenta propia entendieron -¡por fin!- que lo más importante es qué hacemos durante las horas de trabajo más allá del tiempo en el que estemos abocados a la actividad.
Una definición de productividad indica que es “la producción total por hora de trabajo”. Pero se sabe que su significado es mucho más complejo, y también bastante más simple.
Tiene que ver con trabajar “con inteligencia” y plan: proponerse cada día un objetivo, y hacerlo.
Esto da lugar a una sensación de satisfacción que es símbolo y clave de la productividad.
Las 5 claves de un día productivo
1.Hacé una lista de cosas que hacer cada día
Puede ser en un cuaderno o en una “lista mental”. Pero es imprescindible que sepas lo que tenés que hacer cada día para organizarte alrededor de esas actividades y objetivos.
Este plan del día se puede hacer tanto en el final de la jornada anterior o al comienzo de cada día, mientras se desayuna en plan relax y previa a otra jornada de actividad.
2.Dividí la jornada laboral en bloques de tiempo
Nadie tiene “mil cosas para hacer” cada día. Pero es cierto que a veces tenemos varias cosas que hacer, y lo mejor es repartir el tiempo en módulos para ir midiendo y cumpliendo los objetivos diarios.
3.Actividades de menor a mayor (y un buen descanso)
De todo lo que tenés que hacer en el día, lo más amigable con vos mismo es que esos bloques de tiempo tengan en cuenta hacer primero lo más sencillo y “automático”, y luego ir por las tareas más complejas y que te insuman una mayor concentración y dedicación.
El mismo criterio aplica para organizar tu plan del día combinando tareas más complejas con otras más sencillas, e incorporando momentos de distracción y relax entre unas y otras para “cortar el día”.
Estas pausas incluyen actividades que involucren alguna actividad física o movimiento del cuerpo.
4.Poné el despertador…
No se trata de empezar al alba, pero si sos de los que “te cuesta arrancar” y das muchas vueltas antes de ponerte en marcha, un buen recurso para no cambiar tu forma de ser sino tus hábitos, es empezar la jornada un poco más temprano. No falla.
5.Bendita rutina
Es una de las palabras más temibles en varios ámbitos de la vida. Pero en el caso del mundo laboral, la rutina es fundamental para organizarse, distribuir energías y medir tiempos. Animate a hacer siempre (más o menos) lo mismo, y los resultados estarán a la vista.
Más información: purodiseno.lat