Para la diseñadora Lena Winterink las prendas son una excusa para pensar sobre el modo en el que consumimos y nos relacionamos con la propia singularidad
A la diseñadora holandesa Lena Winterink le interesa inspirar a las personas a pensar y reflexionar de manera diferente sobre nuestros hábitos y entorno diarios. Su última colección, pone el foco en cómo se naturaliza el consumo de ropa nueva, una vez que se desgasta.
Worn To Wear reúne tres prendas llamativas que demuestran un aprecio por la forma en que los materiales envejecen a medida que las usamos, y visualiza esta relación entre un usuario y las mismas.
La diseñadora se centra en el proceso de envejecimiento del cobre y utiliza una técnica diferente para incorporarlo al textil. Las propiedades flexibles del material le confieren cualidades escultóricas a cada pieza, a la vez que permiten que se adapten a los movimientos de quien las lleva.
El pulóver y el kimono tejidos están hechos de cobre sin recubrir y un hilo de algodón orgánico sin blanquear. Ambos textiles son hechos a mano y producidos para garantizar que no haya material de desecho.
El traje también es de algodón, pero impreso con una tinta especial a base de cobre. Con el contacto prolongado con elementos naturales (como el agua y la transpiración) el cobre se oxida, creando gradualmente un cambio de color irreversible en el tejido de algodón absorbente. El resultado es una prenda que muestra la belleza del tiempo y la influencia del uso.
En palabras de la diseñadora: al enfatizar la belleza de la longevidad, estas piezas restauran el valor en la conexión que tenemos con nuestras prendas que hacen que la ropa usada sea la ropa que usar.
Otro de los proyectos destacados de Winterink es el de la ropa de concreto. Especialmente porque a partir de esas piezas trabaja la identidad y cómo una lesión física puede restringir la expresión del yo.
Las prendas obligan a una persona a pararse en una determinada posición que simboliza la limitación física. Pero tan pronto como la persona empieza a moverse, haciéndote más fuerte, aparecen grietas.
Ahora es la persona que está en las prendas que se hace cargo. La ropa ya no limita la identidad de la persona, sino que quien la usa, le da forma.