Se llama Pegasus, “es la Ferrari de los pianos” y, como tal, su color de referencia es el rojo, aunque se lo puede pedir personalizado, en cualquier color aplicando en una laca para automóviles de alta calidad.
El Schimmel Pegasus Grand CC 208, también llamado por los especialistas como “el piano del futuro”, está construido con materiales de alta tecnología y técnicas modernas empleadas en la fabricación de aviones y automóviles.
Para el fabricante de pianos alemán Schimmel tocar el piano debe ser para todos los sentidos. Y con esa convicción es que creó su fabulosa colección de Pianos de Arte Schimmel.
Y para la cocreación de sus pianos artísticos y de diseño han convocado a profesionales y artistas Nº1 del mundo.
Sus instrumentos de la colección de arte son piezas de culto y son varias las estrellas han comprado Art Pianos de Schimmel, en especial el modelo Pegasus, uno de los últimos deseos cumplidos por el fallecido músico Prince, y Lenny Kravitz tiene su propio piano Pegasus.
Sin peso, vibrante y elegante. Así es el brillante y sublime Schimmel Red Pegasus Grand Piano.
En un principio, el Pegasus surgió como una fantasía que surgió de la fusión del excéntrico diseñador alemán Profesor Luigi Colani con el fabricante de pianos alemán Nikolaus W. Schimmel, quienes heredaron un espíritu pionero de su abuelo y padre.
Lo cierto es que esa fantasía se hizo realidad. Y juntos crearon una verdadera fantasía.
Cómo es el piano Pegasus diseñado por Luigi Colani
Su objetivo fue “liberar al piano de cola, el más expresivo de los instrumentos musicales acústicos tradicionales, de su forma, que apenas había cambiado en los últimos 150 años”.
Y Luigi Colani le aplicó una de las características principales de sus diseños identificados por sus formas redondeadas y orgánicas. “Biodinámico” o “Biodesign” en sus propias palabras.
Su visión apuntaba a integrar sonido y forma de una manera nunca antes concebida, y así crear un instrumento extraordinario que integrara al música de una manera única y extraordinario. Y lo consiguió.
Y nadie mejor que Luigi Colani, considerado como un excéntrico entre los diseñadores alemanes, para llevar adelante la misión.
Colani es un experto en aerodinámica, por lo que diseñó el piano Pegasus sin bordes ni esquinas. Es curvado para el ojo y “sensualmente redondeado para las manos”.
El Pegasus cuenta con un mecanismo de elevación eléctrico que sube o baja silenciosamente la parte superior, ¡como por arte de magia! Y el taburete está integrado al piano y hasta puede extenderse a lo ancho para tocar a dúo.
Todo el conjunto transmite una sensación de completa armonía entre el pianista y el instrumento. Y es mucho más que un piano bello de aspecto futurista: posee un sonido increíblemente puro y características ergonómicas, como un teclado ligeramente curvado, un taburete ajustable en 6 direcciones y una tapa superior eléctrica, entre otros detalles de diseño e innovación.
Sus medidas: 300 centímetros de largo x 172 centímetros de alto x 112 centímetros de ancho.
Pesa 520 kilos, y está disponible en el color que más quiera su afortunado usuario, en una gama de laca para automóviles de alta calidad, como rojo, azul, negro azabache o blanco nacarado.
Y el artista que quiera cumplir el sueño de tener su propio Pegasus deberá esperar entre tres y doce meses para recibirlo en su sala de música o estudio.
Quién es Luigi Colani: el profesor irreverente
Escultor, pintor, ingeniero, urbanista, diseñador industrial y técnico, Luigi Colani (nacido como Lutz Colani, en 1928, Berlín, Alemania) alcanzó notoriedad de la mano de creaciones poco convencionales.
Es un diseñador y artista “todo terreno” que con su creatividad conquistó el reconocimiento no solo del circuito profesional sino también del público general.
En los años 40, estudió escultura y pintura en la Academia de las Artes de Berlín, y una década más tarde ya era experto en aerodinámica en La Sorbona de París.
Con esta especialidad es que se trasladó a California donde fue jefe del grupo de Proyectos de nuevos materiales en McDonnell Douglas.
De regreso a Europa, comenzó a diseñar automóviles para compañías como Fiat, Alpha Romeo, Lancia; Volkswagen y BMW.
En 1958 diseñó un catamarán de carreras y al año siguiente presentó el BMW 700, el primer automóvil deportivo monocasco del mundo.
A la década del 60, mientras seguía renovando y reiventando coches, la recibió diseñando muebles, y más adelante también ampliaría su visión sobre objetos domésticos, artículos para el hogar, y ropa inclusive.
Luigi Colani fundó un importante estudio de diseño en Harkotten Castle, Alemania, con el que trabajó para compañías como Rosenthal, Thyssen, Pelikan y Boeing.
Y también llamó la atención en el Lejano Oriente, especialmente en Japón. Y entonces fue creativo estrella de Sony, Yamaha, Seiko, Hitachi Nissan y Cannon, y también profesor en varias universidades de Japón, además de las que ya ejercía en Alemania.
Colani diseñó autos, camiones, motos y aviones… una tetera, una cámara fotográfica, una botella de agua, joyas… los uniformes para la tripulación de la compañía aérea Swissair, mientras mantuvo conversaciones inspiradoras para la NASA…
Y en la década del 90, los instrumentos llamaron a su imaginación, y también empezó a hacerlos.
En esa sección de su nutrida colección de obras personales es que entra el llamativo piano de cola fabricado y vendido por la compañía Schimmel y diseñado por Luigi Colani, que actualmente reside entre Shangai, China, y Karlsruhe, Alemania.
Esa obra maestra, como otras creaciones de Luigi Colani, le valieron tanto reconocimiento y aplausos como críticas “por su enfoque poco convencional” del diseño.
Muchos de sus diseños fueron conceptuales y no funcionales. Son más de mil obras y diseños creados a lo largo de más de 60 años de trayectoria hecha con sus propias manos, casi sin usar la tecnología y con una mirada hacia la naturaleza y la necesidad de preservar los recursos mucho antes de que esto fuera paradigma de época.
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