Para la diseñadora industrial Laura Lospennato, fundadora de Ikitoi, los juegos son tuna puerta de entrada a la vocación futura. En 2014, junto a su pareja, Manuel Saint Otte, un fanático declarado de los juguetes, encontraron una ventana de oportunidad en la creación de juegos.
- Pensar los canales de comercialización. Desde el principio se volcaron a la venta online. Primero desarrollaron una tienda E- commerce y recién este año empezaron a vender en jugueterías.
- Definir la edad de los chicos a los cuales está dirigido el juego. Es clave conocer cuáles son las habilidades de determinada etapa de desarrollo para que no generar frustración. Si se les plantea un juego que está por encima de sus posibilidades, el resultado no es positivo. Dentro del grupo de investigación hay una psicóloga; pero también se suelen hacer grupos de chicos para probarlos.
- El precio es una variable importante. Buscan que haya variedad de precios, y a partir de esa definición arman el producto. Es una variable comercial pero impacta en el diseño.
- Tomar decisiones claves. Quisieron que sus juguetes sean libres de género, no sean ni para nenes ni para nenas. Las cocinas no son rosas ni los autos azules. Son neutros, un concepto que está muy presente en la industria y con el que están de acuerdo porque es una manera, entienden, de habilitarle posibilidades a los chicos.
- Evaluar cada propuesta en función de su jugabilidad. Un juego para conformarse como tal tiene que ser reglado: proponer una actividad. ¿Es divertido?, ¿desafiante?, ¿hay recompensa?, ¿ofrece una nueva experiencia nueva cada vez que se juega?.
- La seguridad. Más allá de la certificación oficial con la que cuenta cada material, se hacen ensayos permanentemente para chequear. Especialmente en aquellos que son para menores de tres años. También se evalúa la funcionalidad. Si es un camión, además de asegurar que las ruedas no van a salirse, se busca saber, por ejemplo, si el chico puede sentarse arriba y no pasa nada. Se prueba a partir de usos que por ahí, el adulto no tenía en mente. Parece una obviedad pero es fundamental para trabajar con el universo de los chicos.