Emprender un proyecto personal requiere de constancia y paciencia. Es sembrar para luego cosechar. Y en el camino tener paciencia y poner todo de nosotros para crear, crecer y seguir adelante.
Es apostar a cumplir con un gran sueño y dedicarse a lograrlo con pasión y profesionalismo, usando todo el conocimiento y herramientas a nuestro alcance para que se haga realidad.
Cualquiera sea el proyecto, negocio o actividad que quieras desarrollar, es fundamental encantarse con la idea de emprender, abrazar la propia causa y llevarla adelante desde 0, hasta convertirlo en un proyecto completo y en marcha.
Tras la etapa del enamoramiento del propio proyecto, hay que pasar a fase 2 y emprender por decisión y motivación propia, y no por consejos o por imposición de nadie.
Solamente podremos llevar a cabo un proyecto que nos guste a nosotros y que se relacione directamente con nosotros.
Tenemos que creer firmemente en el proyecto y usar toda nuestra autoestima y autoconfianza.
Clave: trazarse objetivos, tenerlo muy claro y enfocarse en él.
Otra vez el factor emocional al frente. Al momento de emprender, hay que hacerlo con entusiasmo y optimismo para ponerlo en marcha con energía y sostenerlo en el tiempo con perseverancia.
Emprender y empezar a hacer las cosas por uno mismo tiene sus pros y contras.
O, mejor dicho, significa exponerse y atreverse a asumir riesgos. Este desafío no debería generar un estrés imposible de manejar.
¿Qué se pone en juego? Nuestra autoestima, nuestras finanzas, nuestro tiempo… Para poner en marcha y sostener el propio proyecto hay que saber que puede o no funcionar y estar listos para activar la tolerancia al fracaso, y de inmediato aprender de él y tener la capacidad para activar plan B y reinventar el proyecto para seguir adelante.
Emprender requiere de constancia y paciencia para desarrollar en los tiempos que sean necesarios nuestro plan.
Y no se trata solo de saber lo que queremos hacer sino de establecer cómo lo vamos a hacer –“el Plan de Negocios”- una idea que puede resultar aburrida, pero tener una estructura y guía para llevar adelante y evaluar nuestro proyecto es clave.
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