Madre e hija están detrás de Lunui, un línea de lámparas que integran diseño, innovación y ecología. Presentará su colección en esta próxima edición de la feria.
Como buena analista de sistemas a Florencia Zavala siempre le interesó la tecnología, pero fue hace menos de un año cuando empezó a aplicarla al diseño y a la deco: asuntos que le fascinan desde hace tiempo. A fines de 2018 se asoció con su hija, Caterina Paglilla, diseñadora gráfica, y creó Lunui, el emprendimiento en el que desarrolla una serie de lámparas en las que conviven la calidez de materiales como la madera o el hierro, con innovación y economía de recursos.
Cada lámpara fabricada en madera maciza de Petiribí o Guatambú, incorpora tecnología de vanguardia. Las lámparas de Lunui, por ejemplo, tienen asociado un dimmer que permite graduar la intensidad de la luz y ahorrar energía. A la vez, Florencia, que se ocupa de cada paso del proceso, está trabajando para poder agregarles a sus objetos eco design detalles prácticos, como un cargador de USB para el celular.
A sus 54 años, hacía un tiempo que Florencia venía aquietando sus inquietudes en cursos de carpintería, cerámica o producción de tapices o alfombras, pero a la hora de pensar en lanzar un emprendimiento propio, la iluminación le generaba una atracción especial.
“Una buena luz te puede cambiar totalmente un ambiente. No necesitás nada más para realzar un ambiente. O para hacer sentir a alguien mejor. La luz te cambia el ánimo”, asume.
Sabía, además, que tenía red profesional cerca. Lucrecia, su hermana arquitecta podía ayudar con los planos; Sofía, su otra hija, es fotógrafa y su marido, ingeniero industrial. El grupo familiar, además, se ocupó de que sus showrooms, en San Isidro, no estén demasiado alejados unos de otros.
Además de la lámparas, Florencia y Caterina, diseñaron una colección de objetos de deco llamada Pájaros Argentinos. Fabricadas en hierro, las piezas se pueden clavar en árboles, postes o macetas y es posible escuchar el canto de cada especie emblemática de nuestro país desde un celular.
Los objetos vienen envueltos en un packaging original que contiene un código QR que remite al sonido del pájaro. Además, trae un folleto que describe características, curiosidades, leyendas y poemas alusivos a cada uno. Por ahora está disponible el picaflor, pero se sumarán el cardenal, el gorrión, el carpintero, la tijereta y la golondrina. Los dibuja Caterina buscando una síntesis de cada especie.
El proyecto las mantiene entusiasmadas. Florencia no concibe otro modo de trabajar. Se ocupan de la marca de lunes a viernes, pero también los fines de semana sin horario. Si hay feriado, Florencia se preocupa porque tiene mucho para hacer en menos tiempo.
“Es casi una diversión”, dice y repite lo que siempre escucharon sus hijas: “En la vida hay que hacer algo que te deje una linda sensación, que sea lucrativo pero que te apasione. Que no tengas que esperar que termine la semana para sentirte feliz”.