Además de los músicos, el festival de música norteamericano se destaca por sus puestas en escena al aire libre. Instalaciones, escenografías y arquitectura a puro color y diseño.
Después de dos años de suspensión por la pandemia y más restricciones sanitarias para actos masivos, este año volvió Coachella y fue una fiesta.
El festival de música norteamericano que convocó a multitudes alrededor de los shows de Billie Eilish, Justin Bieber y Harry Styles, entre otros, volvió con todo su esplendor y propuestas de diseño al aire libre y freestyle.
Y uno de los mayores atractivos de la propuesta anual de Coachella son sus instalaciones y puestas en escena que dan lugar a una auténtica propuesta de “arquitectura efímera”.
Ingenieros, arquitectos y estudios de diseño trabajan en conjunto en cada edición del festival para dar lugar a los magníficos pabellones e instalaciones que forman parte del universo Coachella luego reproducido en millones de fotografías y videos a través de las redes sociales.
Y este año -del 15 de abril y hasta el 24 de abril, en Indio, California- Coachella 2022 tuvo sus lugares de referencia.
La Torre Spectra. Un caleidoscopio gigante que ya es un nuevo clásico del evento. En su tercera presencia en Coachella es todo un símbolo del festival, y en 2022 más que nunca en tanto representa un evento otra vez “de pie” y elevándose hacia las alturas.
The Playground. Son cuatro torres -de entre 12 y 20 metros de altura- diseñadas por el estudio creado por Alessandro Orsini y Nick Roseboro -con sede entre Nueva York y Roma- que propone una versión libre del paisaje urbano.
Una “ciudad lúdica”, con calles y puentes a todo color y diseño, que invitan a disfrutar y compartir de un espacio común ¡y extraordinario!
La dimensión circular. El artista Cristopher Cichocki empleó más de 25.000 piezas de tubo de PVC para construir una estructura que se funde e integra al cielo, transformando el paisaje natural de Indio en una escenografía de una película de ciencia ficción.
Los molinos y las cúpulas de Coachella 2022. La diseñadora holandesa Kiki Van Eijk propuso una instalación compuesta por tres tótems que combinan símbolos de diferentes países y culturas. En su instalación, los tradicionales molinos de viento procedentes de su país natal, los Países Bajos, se funden con espacios inspirados en la arquitectura asiática e iglúes.
Cocoon. Siempre hay un argentino en el mundo destacándose, y en Coachella es el arquitecto Martín Huberman que creó una instalación basada en el diseño de la silla BKF (también llamada "butterly" o “silla mariposa”). Cientos de sillas se entrelazan y elevan hasta formar una torre blanca que cambia de color según la luz del día y la iluminación artificial.
La Guardiana. Ramón y Christian Cárdenas crearon una escultura gigantesca con la figura de una mujer con un niño en brazos, un símbolo de los que llegan a Estados Unidos desde México y otros países de Centroamérica.
La figura evoca también al “Burning Man” (Hombre en llamas), la figura de otro festival icónico en Estados Unidos, en Black Rock, Nevada.
Los perros en flor. La diseñadora y arquitecta rumana instalada en Nueva York Oana Stânescu diseñó las siluetas de dos perros y las rellenó con flores y vegetación natural. Remiten a Puppy, la mascota del Guggenheim de Bilbao, y fue uno de los puntos de atracción fotográfica más buscados en Coachella 2022.
Cadenas de globos. Las conocidas cadenas de globos de Robert Bose dijeron presente en Coachella 2022, y se extendieron hasta 400 metros.
Fuente: oldskull
Más información: purodiseno.lat
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