Son capaces de convertir cualquier calzado en “inteligente”, asistiendo a su usuario, no vidente o con problemas de visión sobre la presencia de obstáculos en su camino, y cómo evitarlos.
La compañía Tec-Innovation, en colaboración con la Universidad Técnica de Graz, Austria, desarrolló una innovación que apunta a “hacer más segura la vida de personas con problemas visuales”.
El lema de la empresa es una declaración de intenciones: “un paso por delante”.
El sistema completo incluye un sensor con una luz led que va situado en la punta de cada uno de los zapatos, y un par de botones en los talones.
Los sensores usan ultrasonidos para detectar los objetos y alertan al usuario mediante vibraciones en el propio zapato o con sonidos a través de auriculares.
El dispositivo avisa ante cualquier obstáculo situado hasta a cuatro metros de distancia, aunque el usuario puede decidir con qué antelación quiere que le adviertan.
Así, por ejemplo, en una calle muy concurrida, puede optar por recibir las alertas cuando el obstáculo se encuentra a una distancia menor, como un metro.
Todos esos ajustes se pueden hacer desde los propios botones del zapato, o través de una aplicación móvil, necesaria para usar las alertas por sonido.
“Las alertas funcionan como las de los coches, cuanto más te acercás al objeto, el sonido o las vibraciones son más rápidas”, explicó a la agencia EFE Kevin Pajestka, fundador de Tec-Innovation.
“Si el zapato derecho detecta el obstáculo, escuchás el sonido por el auricular derecho o sientes la vibración en ese pie, lo que significa que puedes ir hacia la izquierda”, detalla Pajestka.
El sistema cuenta con una función “inteligente” que reconoce cuando el usuario se ha parado frente a un obstáculo -si se queda quieto más de tres segundos- y deja de enviar la alerta, como, por ejemplo, cuando está en una cola.
Finalmente, la luz led está pensada para aquellas personas con visibilidad reducida, ya que se puede encender cuando hay un obstáculo cerca para que los usuarios lo puedan ver.
Para el desarrollo del producto, la compañía testeó los prototipos con personas no videntes; la primera de ellas fue uno de los socios de la compañía, Markus Raffer, que tiene visibilidad reducida.
“La impresión fue muy buena, los clientes incluso querían comprar los prototipos”, cuenta Pajestka.
Tras cinco años de trabajo, en septiembre de 2020 'InnoMake' consiguió la aprobación europea que lo reconoce como un dispositivo médico, lo que le abre las puertas a venderlo.
“Así, nuestros clientes pueden conseguir financiación de instituciones públicas o seguros para costear el producto, y al ser un dispositivo médico la posibilidad de que se lo concedan es muy alta”, añade.
El precio del producto completo -el zapato con los sensores- es de 3.840 euros, mientras que por separado los sensores cuestan 4.000 euros, y, solicitar por encargo que adapten un par de zapatos para colocar los sensores son 400 euros.
Las piezas se venden por separado porque el cliente puede comprar sólo los sensores, que se pueden emplear en distintos zapatos, siempre que estén adaptados.
Tec-Innovation ofrece la posibilidad de solicitar de forma gratuita a través de su web un equipo de prueba que envían a toda Europa.
“Hay obstáculos que el sensor no puede detectar, como las escaleras hacia abajo o los agujeros”, advierte Pajestka.
Para solventar este problema, la empresa empezó en 2016 a desarrollar una cámara con inteligencia artificial capaz de reconocer un “área segura para pasear”.
“En caso de estar frente a un agujero, la alerta podría indicar al usuario que fuera más despacio”, explica, y añade que estos avances podría permitir que las personas no videntes en el futuro no necesiten un bastón para moverse en la calle.
Texto: EFE / Maider Gamero. Foto destacada: EFE/ Tec-Innovation/Daniel Gepp.
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