Un sillón transparente en el, que como si fuera un caleidoscopio enorme y brillante, pueden verse montones de prendas de la firma ( incluso con sus etiquetas puestas )y a través de un vinilo transparente, no pasó desapercibido en el último Design Miami.
Se trata de una alianza entre la prestigiosa Balenciaga y el diseñador ruso Harry Nuriev. El artista tiene su estudio en Nueva York, desde el que suele llamar la atención con muebles originales y súper coloridos.
La ropa se compactó dentro de una cubierta que se biodegrada con el tiempo. La transparencia permite ver los colores y patrones; la mezcla de texturas y telas de diseños de temporadas pasadas y colecciones anteriores.
El sofá está inspirado en los típicos sillones reclinables y el vinilo desguazado que lo recubre le confiere una apariencia brillante. Transmite elegancia pero también nostalgia, una sensación, claro, buscada por el autor. "Nostalgia pero en una nueva forma moderna y de súper alta tecnología".
Con la intención de fomentar prácticas sostenibles dentro del diseño, la pieza, en forma de L está íntegramente hecha con restos de tela desechados de la marca, además de modelos de otras temporadas o que por algún motivo no fueron vendidos. De esta manera Nuriev trata de alentar al resto de los diseñadores a reciclar e implementar programas para contrarrestar el impacto ambiental que generan.
Es importante, confió el diseñador, mostrarle a los diseñadores jóvenes que se puede trabajar reutilizando. "Cuando se hace de manera correcta y con el material indicado el resultado puede ser hermoso", expresó el creador.