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Día del cerebro: claves para mantenerlo saludable, activo ¡y creativo!

El 22 de julio se celebra el Día del Cerebro. Una buena oportunidad para tener en cuenta algunos consejos para entrenarlo y mantenerlo en buena forma y dinámico.

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Puro Diseño

Igual que el cuerpo, la mente debe entrenarse para mantenerse alerta y activa.

Y el 22 de julio fue designado el Día Mundial del Cerebro para darle importancia a la salud cerebral y concientizar a la sociedad al respecto.

La mente necesita ejercicio para mantenerse alerta y activa -explica la Dra. Carolina Feldberg, neuropsicóloga- La plasticidad neuronal es la capacidad que tiene el cerebro de modificar sus redes de conexión ante la aparición de nuevos estímulos en el ambiente”.

El Día Mundial del Cerebro reivindica la importancia de la salud cerebral. Foto: Alan De La Cruz /Unsplash

Y la especialista Investigadora adjunta del Conicet en INEBA agrega: “Todas las experiencias y aprendizajes se plasman en nuestro cerebro en forma de redes sinápticas complejas, y cuanto más novedosos sean los estímulos a los que nos exponemos, más rico y complejo será nuestro entramado cerebral”.

Qué es la neuroplasticidad

La neuroplasticidad sostiene lo que se conoce como “reserva cognitiva”, uno de los factores que contribuye a que el cerebro sea más resistente, tanto ante los cambios producto del paso del tiempo, como también frente a la aparición de enfermedades neurológicas.

“Es algo que se construye a lo largo de toda la vida y es el resultado de nuestro estilo de vida, el nivel de escolaridad, la complejidad de la actividad laboral y las actividades que realizamos en nuestro tiempo libre”, explica la especialista.

Y así como entrenamos nuestro cuerpo es importante que hagamos lo mismo con nuestra mente.

Cuanto más novedosos sean los estímulos, más rico será nuestro entramado cerebral. Foto: Jesse Martini/ Unsplash.

Cómo entrenar a tu cerebro

Hay una amplia gama de propuestas para ejercitar el cerebro, pero es fundamental que la actividad que se elija cumpla con estos requisitos:

•     Que sea algo novedoso y desafiante. Cuanto más alejada esté la actividad de las tareas que realizamos habitualmente en el trabajo o en el tiempo libre, mejor. En esto resulta clave y muy importante que tiene que ser algo que nos guste. Solo sostenemos en el tiempo aquellas actividades que nos gustan.

•     Que tenga una meta u objetivo. Es recomendable no establecer la vara demasiado alta y asegurarnos de controlar su progreso hacia lo que queremos logar.

•     Que sea sostenible en el tiempo (por eso debe gustarnos) y nos demande entre 30 y 60 minutos diarios cada dos días.

•     Que sea, si es posible, una actividad social. El entrenamiento cognitivo puede ser más eficiente si se realiza con otras personas, no sólo porque sea más divertido, sino porque también puede aumentar nuestro nivel de esfuerzo y ayudarnos a superar barreras como el aburrimiento.

Igual que el cuerpo, la mente debe entrenarse para mantenerse alerta y activa. Foto: Margarida Afonso /Unsplash.

El peligro de los trastornos neurológicos

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente cientos de millones de personas en todo el mundo sufren de trastornos neurológicos.

En los últimos años, se vive un proceso de cambio, con un ritmo de vida más acelerado y modificaciones culturales profundas, situaciones que se han acentuado con el aislamiento social y la pandemia de COVID-19 que ha empeorado todas las variables con más exigencias y presiones.

“Ahora más que nunca, es fundamental cuidar nuestra salud cerebral a través de acciones o actividades que ayuden a ejercitar la mente y así ganar mayor calidad de vida a largo plazo”, explica la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.

Se considera que una persona tiene un cerebro sano cuando es capaz de prestar atención, recibir y reconocer la información que le llega del exterior a través de los cinco sentidos, tener la capacidad para aprender cosas nuevas y recordar eventos pasados.

También son rasgos característicos de un cerebro en buen estado poder comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones, así como tener motricidad y ser capaz de controlar y regular las emociones.

Consejos para prevenir el deterioro cognitivo

Controlar la presión arterial. Uno de los pilares fundamentales para prevenir la hipertensión es moderar el consumo de sal y alcohol, hacer ejercicio de manera regular, reducir el estrés y dejar de fumar. También es importante beber la cantidad adecuada de  agua.

Mantener estable los niveles de colesterol. Para lograrlo, se recomienda reducir el consumo de alimentos de origen animal, prescindir de la comida “chatarra”, apostar por los frutos secos, los granos enteros, las frutas y los vegetales, así como también por el pescado y el aceite de oliva.

Mantener estable la glucemia. La dieta y el ejercicio son dos factores fundamentales para mantener estable la glucosa en sangre. Una dieta equilibrada, con aumento de la fibra ingerida, buena hidratación, consumo adecuado de proteínas,  contribuirán en este sentido.

Un cerebro en buen estado puede comunicarse, resolver problemas y tomar decisiones. Foto: Bret Kavanaugh/ Unsplash.

Ser físicamente activo. Mantener una actividad física acorde a la edad y al estado físico no sólo contribuye al bienestar de todo el organismo, sino que también ayuda al cerebro a “ejercitarse” en capacidad para resolver conflictos, planificar, realizar tareas simultáneas, interactuar perceptivamente con el medioambiente, manteniendo al mismo en mejor forma.

Consumir una dieta saludable. La alimentación influye en numerosos aspectos de la salud. La clave para llevar una dieta sana es que sea variada e incluya alimentos de los distintos grupos de la pirámide nutricional.

También debe ser equilibrada- comer cantidades moderadas y seguir un horario regular de comidas- e incluir al menos cinco comidas diarias.

Mantener el peso. El exceso de peso o la obesidad es una acumulación anormal o excesiva de grasa y otros elementos  que puede ser perjudicial para la salud, incluyendo  el cerebro.

Evitar el tabaco. El humo del tabaco no sólo daña los pulmones y el corazón, también afecta al cerebro.

Seguir aprendiendo y desafiar al cerebro. Continuar la educación puede ayudar a reducir el riesgo de declive cerebral y demencia.

Asimismo, también es importante hacer actividades que nos obliguen a pensar, ya sea armar un rompecabezas, crear construir algo para la casa o jugar a algún juego de mesa.

Mantenerse sociable. Se ha mostrado que las personas que tienen una vida social activa también tienen cerebros más activos y sanos. En un contexto de aislamiento se recomienda mantener el contacto con nuestros afectos a través de videollamadas, redes sociales y otras tecnologías de la comunicación.

Foto destacada: That´s Her Business/Unsplash. Fuentes: INEBA / OSPEDYC

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