"Las ideas, cuando surgen, son muy livianas y muy lindas. Cuando empiezan a materializarse es más denso pero el disfrute viene también aparece en las pequeñas cosas", gráfica la diseñadora de indumentaria e instructora de yoga Florencia Fiocca, de Ffocco, ropa calma.
Hace cinco años, en su marca reunió sus dos pasiones: practicar la disciplina y el diseño.
El desafío a la hora de emprender (y cuando las cosas se ponen "más densas") es transformar esas ideas en un negocio rentable. Así lo hizo ella, que en 2017 se llevó el premio Puro Diseño.
Se puede practicar yoga con cualquier tipo de ropa que te quede cómoda, pero hay algunas particularidades que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar ropa para una actividad tan especial como el yoga.
La calza tiene que ser alta y no moverse de lugar, para que no tengas que estar acomodándote cada vez. Así, también la zona de los riñones quedan calentitos.
Las remeras tienen que tener una longitud definida para que cuando levantes los brazos no se te levante.
Las calidades tienen que ser muy nobles y suaves. Uso algodón o lino.
Aplico tecnología de ropa deportiva para las partes de abajo, que no tienen costuras para que no dejen marcas en la piel y tienen doble sulfilado
En cada temporada trato de agregar una opción.
Ahora estoy trabajando en una línea de ropa llamada Guía, en la que las prendas tienen alguna marca interna que sirve de apoyo y sostén y estoy por sacar una mini cápsula para varones.
Desarrollé también una técnica ancestral que desfibra los restos de producción y los transforma en una guata. Con eso hice abrigos y mantas que se usan para la práctica.
Es importante pensar los grupos de trabajo y saber que hay que tener mucha paciencia: hay tiempos que no manejamos. El ego también hay que ponerlo a un lado.
Tengo un contacto muy directo con las clientas y eso me da mucha satisfacción.
Esa cercanía es muy fundamental porque me permite mejorar permanentemente.
Sus devoluciones sobre el producto en uso me ayudan a definir el producto.
Para animarme a avanzar en el proyecto muchas veces anuncio lo que quiero antes de hacerlo. Así, de alguna manera me condeno a hacerlo.
Mi consejo es que siempre hay que empezar e ir hacía adelante una vez que la idea te quema las entrañas