“Creo que sin estas características es difícil empezar un proyecto”, afima Marina. Como dice el refrán, “del dicho al hecho hay un trecho” y pasar de la palabra a la acción implica apasionarse por lo uno hace y ser creativo a la hora de planear el proyecto, para que sea auténtico y distinguible del resto. Y luego, es necesaria la constancia.
“Nada es de un día para el otro y necesitamos saberlo desde el primer momento”, agrega Marina. “Lo importante es no decaer y entender que nada es fácil, y menos en un país tan económicamente inestable, pero hay que saber que si se trabaja a conciencia, creyendo en nuestro proyecto, lograremos cumplir nuestros propósitos”.
El fracaso en un emprendedor es parte del aprendizaje y hay que aprender a perderle el miedo. Así fue cómo lo vivió Marina: “A lo largo de todo el camino que recorrí, fracasé tantas veces como las que acerté”. Lo importante es poder identificar esos fracasos para revertirlos y actuar coherentemente.
“El camino del que emprende es muy solitario e implica resolver problemas todo el tiempo y eso hay que saberlo desde el minuto uno”.
La mayoría de las veces, los objetivos van mutando. Comenzamos con algo más simple y a medida que vamos avanzando va cambiando. Lo importante es tener metas definidas, aunque sean difíciles de alcanzar, y trabajar diariamente por eso.
Hay que estar muy atentos a los consejos que recibimos y poder distinguir de quién provienen y con qué intención. Consejos malintencionados y tóxicos va a haber y es mejor dejarlos pasar.
“Nosotros sabemos a qué apuntamos y creemos fervientemente en el proyecto que estamos construyendo”, refuerza Marina. Y agrega: “Debemos aprender a filtrar los consejos; si vienen de alguien que sabe y nos aconseja desde la bondad hacia nuestro negocio, ahí está bueno escuchar”.
Todas las que herramientas digitales que sean posibles y estén a nuestro alcance, mejor. Hoy todo es virtual y cualquier curso que hagamos o aplicación que aprendamos, va a sumar.
Los obstáculos personales que pueden llegar a surgir son la falta de ambición (en otras palabras, no pensar en la imagen completa), no saber delegar o trabajar en equipo y la inconstancia. Y con respecto a los obstáculos externos, aclara Marina: “La inestabilidad de precios y los problemas económicos que afectan a todos y, muchas veces, nos perjudican especialmente”.
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