Arquitectura e interiorismo, las ciudades y las viviendas particulares, vivir y leer son las temáticas más recurrentes de esta joven artista con sede en Barcelona que tenés que conocer.
Murales y cuadros; imágenes que modifican la perspectiva y cambian la forma de ver los lugares, las cosas y las personas. Así son las obra de Cinta Vidal, una artista plástica española que conquista el mundo.
“Me intriga la relación que las personas establecen entre ellas y su entorno inmediato, y me acerco para descubrir qué está pasando allí”, cuenta Cinta Vidal, conocida por sus murales en la vía pública, inspirados en la arquitectura y el interiorismo, con espacios que en sus manos se transforman y dan vueltas, hasta desafiar la gravedad.
Cinta Vidal (@cinta_vidal) estudió en la Escola Massana de Barcelona. A los 16 años comenzó a trabajar como aprendiz en un taller de escenografía, junto a Josep y Jordi Castells de Castells Planas. “Aprendí del amor por la escenografía y la artesanía de los decorados”, recuerda de sus días como colaboradora en la realización de pinturas de gran formato para fondos de óperas y compañías de teatro europeas e internacionales.
“Nunca he dejado de experimentar”, asegura como frase de cabecera Vidal que con el tiempo se dedicó a la pintura, actividad que la llevó a exponer en Barcelona, Los Angeles, Hong Kong y Melbourne, entre otras ciudades.
Además, sus murales cobran vida en paredes de Long Beach, Hong Kong, Barcelona, Honolulu y San Francisco, entre otros muchos lugares. Y sus creaciones no pasan jamás inadvertidas. Porque Cinta Vidal pinta arriba lo que suele estar abajo, y abajo lo que solemos ver mirando arriba, y todo parece estar flotando en el aire… lo que da lugar a un estilo provocativo y único.
Su paso por el diseño de escenografías está a la vista en sus pinturas ilustraciones que también se inspiran en la arquitectura y el arte surrealista.
“Cuando tenía 19 años vi un libro de Escher, y aluciné -rememora- Tenía un dominio brutal de las leyes de la perspectiva y creó ilusiones ópticas brillantes. Pero hay otras influencias como Caravaggio o Vermeer que me encantan por su dominio de la luz. También me gustan las ambientaciones de Miyazaki y los murales de Aryz”.
“Quiero que los espectadores reconozcan lo que están viendo, pero que lo vean de una manera muy diferente, desestructurada y rota”, expresó en alguna ocasión la artista.
Misión cumplida: Cinta Vidal exhibe la intimidad de otra manera que también da lugar a ver las cosas -y reflexionar sobre ellas- de una forma original.
El hogar, un espacio de trabajo, una sala de estar, una biblioteca, una plaza o una calle. Lo más atractivo de su obra es que sus pinturas transcurren en el ámbito cotidiano, y la vida común de las personas se ve de una manera diferente. Y el efecto se potencia y sobredimensiona cuando se trata de sus murales.
“Todos mis murales juegan con su entorno, reflejando y honrando la estética y la cultura que los rodea, siempre investigo, estudio el contexto de la pared y pinto un boceto detallado antes de ir” explica Cinta Vidal que se destaca por crear potentes pinturas con una sutil armonía cromática.
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