La casa de madera se integra, ramificándose de manera horizontal como una rama, en las 3 hectáreas de bosque ubicadas cerca de un centro de esquí, en Hokkaido, Japón.
El desarrollo de Tokio Florian Busch Architects concibe el espacio como un lugar de vacaciones para una familia: silencioso, armonioso y muy en contacto con la naturaleza.
Son 213 metros cuadrados revestidos sobre pilotes de madera de cedro y cada habitación sobresale de la estructura en zigzag. Caminar por la casa se asemeja a recorrer el bosque: las vistas van cambiando por completo.
Una losa de hormigón se eleva sobre el suelo del bosque dando lugar a la entrada principal, junto a un balcón y escalones de madera.
La casa tiene 3 dormitorios, cocina, comedor y sala de estudios.
Las persianas de madera cubren las ventanas manteniendo la fachada uniforme.
El interior combina madera natural, cemento pulido y paredes lavadas con cal: una estética rústica y minimalista acorde al concepto.
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