Los murales del artista urbano español Diego Vicente le imprimen color y personalidad a los pueblos y pequeñas ciudades de España.
Con el aporte de diferentes técnicas crea murales, obras de diseño en 3 D y pinturas a gran escala que cuentan historias. Muchas veces, en colaboración con otros artistas.
Sus primeros pasos fueron en el mundo del graffiti y esa pasión lo llevó a interesarse por otras técnicas pictóricas y a tener una formación académica dentro del ámbito artístico.
Si bien nació en Zaragoza, se trasladó a Madrid para formar parte del colectivo artístico Boa Mistura. Después siguió su camino. Sus pinturas lo destacaron internacionalmente.
Trata de conectar lo abstracto con lo figurativo, la pintura con el dibujo, "su lado más visceral con el más racional".
Busca hasta encontrar nuevos lenguajes y lecturas para una misma imagen. De esta forma, encuentra a menudo resultados imprevisibles que se entrelazan y conviven con la parte más controlada de cada obra. Composiciones cargadas de significados y sentimientos que el espectador debe descifrar.
Con estilos diferentes, que a veces conviven, invita a reflexionar. Algunos de sus murales representan las tradiciones de los pueblos que recorre; otros cuestionan o representan situaciones cotidianas.
Ofrenda, por ejemplo, es un ejercicio de composición y color a través de un objeto. En este caso, las flores, además de servir como objeto para construir la imagen, también sirven como símbolo.
Lejos de cualquier rito religioso, simbolizan la serie de acciones que cada persona a título individual y/o colectivo llevan a cabo por su barrio. Estas acciones son actos de generosidad, que van desde la lucha social más comprometida hasta el pequeño gesto diario, capaz de mejorar la convivencia entre vecinos. De esta forma, la imagen tiene dos direcciones de lectura.
Su obra "Pertenezco a este fuego" (pintado en Alagón) habla de la vida en el pueblo; el paso del tiempo,las tradiciones, la infancia, las abuelas, las tardes en el parque, la naturaleza, el agua, el vino, su luz y sus gentes.
Así, abre las calles, edificios y fachadas a distintos puntos de vista.