Me crié en el campo y soy una fanática de andar a caballo. Adoro las monturas, los riendas, los recados, todo lo que reaviva ese pasado personal. Por eso elejo el cuero como materia prima. Además, porque me parece un material súper noble que va muy de la mano del slow fashion.
Cuando comprás una campera o algo hecho de cuero, te dura muchísimo más tiempo que si es de cuerina, que puede pasarte que a los dos meses ya tenga el cuello gastado. El cuero perdura en el tiempo y eso lo vuelve aún más atractivo.
Busco que mis piezas transmitan el amor por el campo y la naturaleza. Y mi amor por el cuero que es algo muy genuino de nuestro país. A la vez a ese material tradicional intento buscarle una vuelta fashion rock.
Estudié diseño en la Universidad de Palermo. Cuando terminé la carrera, una amiga me pidió que le hiciera su vestido de novia. La prenda fue un éxito. Hice muchos más. Pero cuando nació mi primer hijo, la cabeza se me dio vuelta como una media y volví llorando de la primera prueba de novia, cuando mi bebé tenía un mes. Me di cuenta de que no me gustaba más lo que estaba haciendo.
Aunque me iba muy bien, empecé a avisarle a todo el mundo que no hacía más vestidos y a darle un giro a mi profesión.
En medio de ese proceso, una tarde, mientras mi hijo dormía la siesta, encontré un pedazo de cuero que tenía guardado en mi ropero hace mucho tiempo e hice una cartera que salió buenísima. Y no pude parar. Me empecé a encariñar con esta impronta gauchesca pero fashion que hoy tienen mis piezas.
Cuando trabajo me siento plena. Todos los días de mi vida agradezco poder hacer lo que me gusta. A veces tengo días malos en los que siento que no voy a llegar a nada y otros me siento con más power. Ser emprendedor y trabajar sola no es fácil.
A veces siento que no soy tan comerciante como debería hacer y me gusta más la parte artística.
Pero creo que lo otro ya va a llegar. Tengo el sueño de armar un equipo que me ayude. Me gusta mucho trabajar en equipo.
Más que diseñar trato de crear: no miro tendencias ni revistas, trato de generar a partir de la naturaleza o de alguna forma que me haya llamado la atención. Me encargo de todo el proceso. Todo está hecho a mano con mis manos.
Estos días es la temporada alta de huareixas,un zapato de cuero entrecruzado sobre una plantilla y suela de cuero muy cómodo y mi mío. Es mi producto estrella. Mientras, sigo con los accesorios y los top de cuero.
Mi búsqueda creativa pasa por sumergirme en todo lo que tenga que ver con crear. Tomo clases de canto y de teatro.
Ahora estoy dedicada al cuero pero nunca sé lo que me depara el destino. Los collares de flecos nacieron a partir de un pedazo de papel con una forma de rombos. Todo lo que veo en el cotidiano me va llevando. Cuando uno empieza a crear y no a copiar empieza a ser más creativo. La creatividad es un camino en el que debemos ir buscando.
Los metalizados los hago yo, a partir de los papeles y los pego con la plancha. Todo bien casero. El cincelado, una técnica que enseño en los talleres que coordino: me permite trabajar sobre cuero mojado, logrando distintos dibujos. Puedo plasmar flores, pájaros o una trama geométrica.
Una de las cosas que más disfruto es estar en el taller, trabajando con las manos. Me aburro con facilidad de las cosas, por eso ya no me gusta tanto cuando tengo que hacer algo en serie. La parte creativa es lo que más me entusiasma. Los ensayos: intentar hacer algo y si sale mal, volver a probar hasta lograr el producto terminado como quiero que esté.