Georges Rousse es fotógrafo y artista visual, y sus instalaciones con pintura de colores intensos sobre edificios abandonados inspiró la tendencia de la pintura sectorizada en el interiorismo.
Fotógrafo y artista visual, Georges Rousse es también pintor, escultor y arquitecto, y sus instalaciones con pintura de colores intensos sobre edificios abandonados instaló el arte geométrico en el escenario urbano e inspiró la tendencia de la pintura sectorizada en el interiorismo.
Nació en 1947, en París, donde vive y trabaja actualmente. Y cuando tenía 9 años, Georges Rousse recibió de regalo la icónica cámara fotográfica Kodak Brownie, y nunca más la soltó.
Fue el principio de la prolífica trayectoria y carrera del artista francés que desde muy joven se especializó en la fotografía arquitectónica.
Más adelante, Georges Rousse quedó fascinado por el “landart”, y comenzó a experimentar con el encuadre y la pintura cómo pieza clave para para intervenir y alterar los espacios.
De esa búsqueda surgió el ambicioso proyecto de Georges Rousse de realizar instalaciones pictóricas en muros y edificios abandonados, en obras de arte efímeras o que comenzó a registrar a través de sus fotografías.
Un experimento que comenzó en la década de 1980 y que hoy sigue asombrando y más vigente que nunca.
La concepción del espacio y también del tiempo son la principal inspiración de Georges Rousse, un artista clave en el arte geométrico contemporáneo e influencia ineludible para la tendencia de la decoración que impuso la pintura sectorizada.
Una de las más fascinantes caractrísticas del arte geométrico y fotografía arquitectónica de Georges Rousse es que su obra solo se revela (en toda su intención y esplendor) desde el ángulo correcto y la perspectiva exacta, creando un singular efecto óptico.
No siempre es frontal. A veces es lateral. Y el resultado es una visión única y perfecta, tan fantástica que hasta ¡parece creada y retocada usando Photoshop! Pero lo cierto es que se trata de una obra de arte pintada a mano magistralmente por Georges Rousse.
“Mi trabajo es casi siempre en lugares abandonados, lugares que van a ser destruidos o transformados y ahí realizo una intervención que la mayoría de las veces va a ser una obra fotográfica”, expresó el artista sobre su obra.
Y Rousse concluye: “Lo que a mí me interesa es la memoria de los lugares. Si me proponen trabajar en una fábrica abandonada, lo que me interesa es la relación de mi propio cuerpo con este lugar abandonado (…) Si intervengo este mismo espacio, es una relación única entre el espacio destinado a desaparecer y yo”.
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