Cómo se diseñó el set de rodaje y la fotografía de la ficción basada en un best seller y que retrata el Japón feudal: el éxito de 2024 del canal de streaming.
Son diez episodios que trasladan al espectador hacia Japón, en la década de 1600. La historia de la serie Shōgun es una adaptación original de la exitosa novela escrita por James Clavell, y desde su estreno reciente se consagró como uno de los grandes hits del año del canal de streaming Star+.
Ambientada en Japón, durante una guerra civil que cambió su historia, la reconstrucción de la época y el diseño visual de los escenarios y los personajes protagonistas de la narración, resultan clave para que Shōgun se convierta en un suceso instantáneo de audiencia.
Rachel Kondo y Justin Marks recrearon para la pantalla de streaming la historia en formato de miniserie.
Shōgun transcurre en 1600, al final del período Sengoku, más conocido como “el período de los estados en guerra”.
Durante más de cien años, Japón estuvo en un estado constante de guerra civil con bushos (caudillos militares) que luchaban por el poder. Es la época de los samuráis, los campesinos convertidos en ashigaru (soldados de infantería) y, más adelante, en el período Edo, emergió la cultura de las geishas, los kimonos, el seppuku o harakiri ritual y la icónica pose de sentarse sobre las rodillas, en la postura seiza.
La estética visual tiene un rol protagónico en Shōgun, y estos son algunos de sus 7 datos más relevantes.
1.¿Dónde se hizo Shōgun? La miniserie se filmó en Vancouver, Canadá. La producción contrató asesores especialistas de Japón para que trabajaran con el equipo canadiense en lo que se convirtió en una colaboración impecable entre talentos orientales y occidentales al servicio de contar una historia japonesa verdaderamente auténtica.
Con el compromiso de ser fieles a la época, los sets de rodaje, las locaciones, la escenografía, la utilería y las construcciones de Shōgun se diseñaron para conseguir una inmersión en el Japón feudal de 1600.
2.La escenografía de Shōgun. “Construimos tanta escenografía como lo hubiéramos hecho para una película que se filma en 80 a 100 días, para que estuviese lista para los primeros dos episodios”, contó Helen Jarvis, diseñadora de producción de la serie.
Se construyeron sets históricos que emularon el aspecto que habrían tenido los castillos, los salones, las aldeas y los jardines en esa época. Para su diseño y acabado, se consultó a historiadores y coleccionistas de arte y antigüedades, ya que no existe material fotográfico de esa era.
3.Las tejas: un símbolo de la dirección artística de Shōgun. Entre los elementos más simples del set de rodaje que expresan el rigor que se aplicó sobre los detalles particulares para ser fieles a la época, Helen Jarvis destaca las tejas.
Ella explica que reproducir las tejas presentes en casi todas las estructuras fue “una tarea abrumadora”, ya que pronto se dieron cuenta de que tendrían que fabricar más de diez mil tejas. Para obtener el facetado específico y los tonos mixtos de la arcilla que se usaba en esa época, el equipo de diseño sabía que no podía utilizar la técnica de moldeo en vacío u otros moldes.
Se armó un equipo separado que pasó tres meses fabricando estas tejas y sumergiéndolas en cinco soluciones diferentes de pintura para lograr que tuvieran un aspecto auténtico.
4.La importancia de la iluminación de Shōgun. De acuerdo a la época, la iluminación en los ambientes tendría que ser mínima, lo que hace que la filmación sea más complicada.
Helen Jarvis estaba decidida a mantenerse fiel a la época, y así lo hizo. “Abriendo las puertas tradicionales japonesas, shoji, permitía que entrara la luz natural del exterior, algo esencial de las habitaciones y estructuras de la época”, explica el comunicado sobre el trabajo visual de la serie Shōgun.
“El principio de mirar desde adentro hacia afuera se convirtió en una parte esencial del diseño de producción de Shōgun. En consecuencia, los jardines y las vistas en exteriores son muy importantes”.
Así, el set del castillo de Osaka contiene un magnífico salón de reuniones ceremonial dorado. En esa época, este salón se usaba para las reuniones más importantes y estaba diseñado para impresionar e intimidar. Se trata de una escenografía fundamental y clave del diseño de la serie.
Y para el diseño del resto del palacio. Jarvis estudió cómo se construían las estructuras y notó que era común usar un árbol entero como viga para crear la columna vertebral de un edificio. Esto la inspiró a incorporar enormes vigas visibles en cielorrasos muy altos, permitiendo que entrara más luz y que el salón diera una impresión de gran apertura y grandilocuencia.
“La luz y la profundidad son siempre elementos fundamentales para establecer cualquier escena -explicó Wretblad, director de fotografía del tercer episodio– Para Shōgun, nos propusimos usar fuentes de luz natural y realzarlas cuando fuese necesario”.
5.El dorado: el tono icónico de Shōgun. Los fusuma del salón de reuniones ceremonial estaban decorados, muchas veces con dorado, integrando tigres en el diseño ya que estos animales eran considerados un símbolo de fuerza e intimidaban a los visitantes.
6.La dirección de fotografía y los “efectos naturales” de Shōgun. Los directores de fotografía Christopher Ross, Sam McCurdy, Marc Laliberté y Aril Wretblad usaron un lenguaje visual particular para contar la historia de Shōgun.
“Todos queríamos que el público sintiera una perspectiva visceral en primera persona de la situación difícil de Blackthorne en yuxtaposición a la opulencia de la vida de Toranaga y los demás lores en sus castillos”, explicó Ross, director de fotografía de los primeros dos episodios.
Para crear la visión de la serie, Ross indicó que la clave fue sumergir al público en una compleja red de intriga, envuelta en la escala épica de la ambientación en el Japón feudal. “La visión de la serie se encuentra en el equilibrio entre estos dos requerimientos”.
“La serie tiene un realismo desnudo –asegura Christopher Ross– La lluvia, el viento, el rocío marino y el lodo eran obstáculos en la vida de los personajes, y por lo tanto debían estar presentes en la imagen”.
“La necesidad de sentir el cambio de las estaciones era importante para mí para contar la historia del tiempo y de los cambios”, agrega McCurdy, director de fotografía de cinco de los diez episodios.
Shōgun se filmó a lo largo de aproximadamente nueve meses y atravesó todas las estaciones. “Aprovechar al máximo los días cortos del invierno o las largas tardes estivales fue algo que quería aprovechar en la narrativa”.
La producción a veces filmaba en horarios extraños para adaptarse a la iluminación y a los tonos estacionales.
7. Shōgun ¡es cine! (pero no es Hollywood). Con una producción de esta magnitud, los realizadores de Shōgun mantuvieron la perspectiva de la historia, y al mismo tiempo brindaron una experiencia cinematográfica.
“Lo que más le importaba a Justin Marks (cocreador, showrunner, productor ejecutivo y guionista) era la autenticidad –dice Laliberté, director de fotografía de los episodios seis y ocho–. Quería que nada fuese afectado y que la dirección de fotografía estuviese siempre al servicio de la historia y no al revés”.
Los creadores no quisieron hacer “una versión de Hollywood del Japón feudal” y, en cambio, procuraron ser lo más neutral y real posible.
“Uno de los desafíos más grandes es encontrar el equilibrio tanto en lo macro como en lo micro -resume Laliberté- Visualmente, se trata del equilibrio entre la magnitud de una grandiosa obra de época y la intimidad de los personajes y sus historias individuales”.
Fotos: gentileza The Walt Disney Company/Latin America.
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