Los seguidores y críticos de la fotógrafa y directora de arte tailandesa Yung Cheng Lin dicen que su trabajo les genera tanta incomodidad que hasta un poco les llega a doler. Y algo de eso sucede si se observa con detenimiento la obra de esta artista inquietante y feminista más conocida como 3 CM
Sus imágenes, también, tienen cierto grado de surrealismo.
Un brazo se cose su propia piel con un hilo rojo, a veces son rosas o alfileres las que se perforan. Una mujer flexiona su cuerpo sobre un arco; otra sumerge parte de sus piernas en un charco de agua.
Su estilo es ir directo al punto, a través de una estética minimalista y etérea. Casi poética, pero a la vez cruda y provocadora.
Su enfoque minucioso del cuerpo intervenido genera cierta sensación de intranquilidad. El autor coquetea con la cultura del horror.
"Amo leer poemas. La poesía juega un papel importante en estimular mis ideas creativas y la diversidad artística"
Yung Cheng Lin
Lin forma series a partir de lo que viene obsesionándolo y guiando su trabajo: el cuerpo humano femenino, dice, le genera fascinación. A través de la manipulación extrema de los cuerpos quiere reflexionar sobre el esfuerzo de las mujeres para modificarse y condicionarse en función de una aparente idea de perfección. También polemiza sobre la objetividad sexual y los condicionamientos de género.
En sus fotografías intenta retratar el cuerpo en sus diferentes formas y mostrarlo a la perfección.
El humor, el suspenso y la intriga también aparecen en su obra. En algunas ocasiones logra modificaciones asombrosas en los cuerpos.
Lin logra composiciones visuales que cobran vida a través de la manipulación digital. De esta manera replica su mensaje de liberación.
Antes de convertirse en fotógrafa, Lin se formó en arte y se dedicó un tiempo a la escultura. Pero encontró en la fotografía, la forma más directa de transmitir y expresar sus ideas y conceptos.