Inspirándose en obras de la colección Maman, 13 interioristas intervinieron la reconocida galería en espacios decorados con amor al arte. Una fascinante simbiosis creativa que potencia el cruce entre arte y diseño.
Qué: “el toque maestro”. Dónde: en Maman Fine Art, Av. del Libertador 2475, Ciudad de Buenos Aires. Cuándo: hasta el hasta el 15 de diciembre, de lunes a viernes, de 11 a 19 horas. Quiénes: Patricia Pacino y Javier Iturrioz, responsables de la idea y dirección de la muestra, más los interioristas y artistas que forman parte de esta experiencia de arte y decoración.
Inspirándose en obras de la colección Maman, 13 interioristas intervinieron el espacio de la galería imprimiendo su toque de autor en concordancia con el espíritu y el estilo de las obras elegidas.
De eso se trata “el toque maestro”, una propuesta de simbiosis creativa entre arte y diseño.
Con un estilo minimalista y despojado, Ximena Fontán eligió la obra cinética del venezolano Cruz-Diez, las esculturas de Alicia Penalba y de Ennio Iommi.
Maria Zunino & Geraldine Grillo apostaron al color y a la geometría de las pinturas de Fernando Cánovas y las esculturas de Luis Wells.
Isabelle Firmin Didot, se inspiró en las obras de Libero Badii para diseñar estampas sobre tela y bases donde descansen sus esculturas. Y Guadalupe Diez homenajea a Luis Benedit a través de los últimos trabajos del artista con huesos.
En el paseo por la galería Maman con “el toque maestro” se destaca la visión de Laura Brucco que diseñó una línea de equipamiento de interior inspirándose en las esculturas lineales de Ennio Iommi. Su espacio incluye dibujos de una sola línea del surrealista Miguel Caride.
Danu Galito halló en las esculturas de piedra de Raúl Farco su fuente de inspiración y, desde la trastienda de la galería, Laura Ocampo redescubre una obra de grandes dimensiones de su padre, el talentoso artista Miguel Ocampo, motivándola a realizar un espacio emotivo e intimista.
Hay más. Paula de Elía interviene el espacio con su diseño arty de alfombras, junto con las pinturas de Rómulo Macció; Viviana Melamed reaviva las obras de Ernesto Deira y de Cruz-Diez, en un espacio de contrastes y efectos lumínicos; Roxana Punta Alvarez rinde tributo a las construcciones de la década del 60 de Luis Wells, identificado con los conceptos de multiplicación e infinito, y Agustina Aguilar & Agustina Vargas rinden tributo a Alberto Greco en un ambiente en el que coexisten la obra del artista y el mapping.
“Imaginé el espacio de la galería intervenido por los mejores interioristas y a cada uno eligiendo obras de nuestra colección para que impriman su toque de autor en función de la obra y pensando en el artista”, explica la Lic. Patricia Pacino, curadora y directora de Maman Fine Art, en la presentación de ”el toque maestro”.
Para desarrollar su idea, convocó al arquitecto y coleccionista Javier Iturrioz quien la acompañó en la selección de las 13 mujeres profesionales que actualmente ocupan un lugar destacado en el mundo del diseño de interiores.
Ximena Fontan / Caja Blanca. En consonancia con las obras de Alicia Penalba, Enio Iommi y Carlos Cruz-Diez, “Caja Blanca se convierte en un contenedor ilimitado para que perspectiva, reflexión y color cambien en tiempo real (…) Caja Blanca nos permite entrar en un mundo de quietud deliberada, donde la percepción se convierte en un acto creativo con el espectador en el centro”.
María Zunino + Geraldine Grillo / Trama Toys. Inspiradas en las obras de Fernando Canovas y Luis Wells la dupla de interioristas proyecto “una matrix tridimensional”.
“Geometría, textura y color fueron nuestro leitmotiv. El hilo conductor es la línea. Ellas trascienden los cuadros y los objetos para ocupar el espacio exterior”.
Laura Brucco. Presentó su línea de equipamiento para el diseño interior inspirada en las esculturas lineales del periodo concreto del artista Enio Iommi.
“El vacío se vuelve materia (…) El espacio que propongo está habitado por ambos elementos, y se completa con los sorprendentes trabajos del surrealista Miguel Caride. Sus dibujos de una sola línea poseen un clima etéreo de exquisita visualidad”.
Isabelle Firmin Didot. Inspirada en las esculturas de Libero Badii, se propuso “mostrar lo que no se ve” a través de espejos y el uso de bases a distintas alturas.
En su espacio, se conjugan los motivos del mobiliario en blanco y negro en franca correspondencia con el color de los yesos del artista. De la misma manera que las diferentes texturas y las estampas impresas de los almohadones. “Fotografié los ojitos característicos que el artista dibujaba para realizar sus personajes”, cuenta la interiorista.
Guadalupe Diez. “Cruz Roja” de Luis Benedit -el color rojo sangre y los huesos- es el punto de partida de su ambiente
“Quise acentuar el rigor constructivo y el dramatismo de la obra -describe Diez, arquitecta, como Benedit- Por un lado, se pintó un muro rayado semejando los colores de la obra y por otro, exacerbé la utilización de huesos invadiendo la escena con caderas, fémures y rotulas de ganado vacuno”.
Danu Galito. En la presentación de “el toque maestro” ella asegura que la elección de la obra amor a primera vista. “Las piezas de Raúl Farco y sobre todo Shelter III, me sedujeron al instante. Materialidad, formas, textura y color, me atraparon”.
Así, llevó adelante un espacio donde cada pieza se espeja a sí misma a través de imágenes totales o detalles de las obras expuestas.
Laura Ocampo. “Está todo dicho, a mirar y a sentir esa noche iluminada por un árbol”, expresa sin más palabas su singular visión.
Paula de Elía. Las obras de Rómulo Macció habitaron su casa de toda la vida. “Siempre me impactó su potencia y enorme libertad expresiva”, rememora la profesional que utilizó la paleta de su obra para intervenir el diseño de su alfombra ¨Filo”.
Las sillas de otro gran diseñador argentino Juan Azcué nos invitan a sentarnos y sentir la experiencia de saber observar.
Roxana Punta Álvarez. Eligió a Luis Wells, un artista multidisciplinario -pionero del Arte/Objeto- que incursionó en pintura, escultura y diseño gráfico. También diseñó luminarias, muebles y ambientaciones que comprendían tanto la arquitectura como la decoración.
“Seleccioné construcciones de la década del 60 donde utiliza materiales en desuso, como el cartón, la madera y el papel de diario. A través del collage y del ensamblaje, sus construcciones adquieren volumen y avanzan hacia espectador invadiendo el espacio. Es por eso que, quise rendirle homenaje multiplicando esta sensación espacial a través de los espejos, el color texturado de las paredes y las sombras que proyecta la luz que las ilumina”.
Viviana Melamed. Su idea fue ofrecer al espectador un juego visual de contrastes y de coincidencias entre las obras de Ernesto Deira y de Carlos Cruz-Diez.
“Dispusimos ambas piezas, de fuerte contraste, sobre dos planos entelados que, suspendidos en el espacio, dejan a la vista cornisas y zócalos de luz difusa, buscando así una dinámica entre arte y espacialidad. Del mismo modo, elegimos colores que se correspondan con la intensidad y el carácter de las obras expuestas”, explica.
Agustina Aguilar y Agustina Vargas. Ellas rinden tributo a Alberto Greco, pionero del arte conceptual de nuestro país, en un espacio dividido en tres salas, una para cada una de las series de obras expuestas, todas con su contraste en blanco y negro.
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