Si el diseño tiene que ocuparse de brindar soluciones a las problemáticas actuales, no podía no involucrarse en la consigna de este concurso de higiene que lanzó la fundación inglesa Bompas & Parr, en alianza con el Museo de Diseño de Londres para invitar a las marcas y a creativos y arquitectos a repensar el lavado de manos y desinfectantes en la era del coronavirus.
De esta manera, el certamen logra el objetivo: concientizar a la población sobre la importancia del lavado en la prevención del COVID -19 a través de alternativas de limpieza creativas.
Los proyectos que se destacaron -ocho en total- son de lo más novedosos y todo lo que se recaudó de la muestra de las iniciativas presentadas fue donado a la Cruz Roja británica.
El diseñador Steve Jarvis imaginó una pieza que lanza esferas de agua, The Bubble Party, como una invitación a la limpieza de manos.
El dispositivo revestido en cobre soplaría burbujas con desinfectante de manos para que la gente explore y juegue. El diseño ganó la categoría de Diseño Industrial.
Al diseñador gráfico Terry Hearnshaw se le ocurrió poner desinfectante en una cápsula que puede llevarse en un blíster portátil o envases portátiles. Como si fueran chicles o pastillas. Al creativo le gustó la idea de que fuera algo para compartir y que en algún evento social no intimidara tanto como sacar de la cartera un frasco de alcohol en gel.
Su proyecto ganó la categoría de Diseño Sostenible.
El premio a la categoría de diseño de lujo se lo llevó el dispenser con pedal, de la diseñadora americana Sally Reynolds.
La unidad dispensadora estaría hecha en base a plástico reciclado. El material está fundido de tal manera que tiene un efecto texturado. El pedal es de cobre.
Para los más chicos, los diseñadores Kate Strudwick y Amos Ovedeji pensaron en una botella de líquido desinfectante con un aplicador con pincel. Para hacerlo más atractivo, el contenido cambia de color a medida que lo frotan.
El diseñador Bo Willis ideó un desinfectante de picaportes, que podría adoptarse en escuelas u oficinas.
Se trata de una especie de cobertor esponjoso para las manijas de las puertas. Los picaportes se llenarían de desinfectante de manos a medida que las personas abran la puerta. Se llevó el premio a la innovación.
Los creativos de Twomuch Studio idearon un esterilizador de teléfonos celulares, imaginado para cualquier evento.
Se trata de un soporte de mesa que se colocaría en el centro de la mesa para alentar a las personas a guardar sus teléfonos en su interior. Adentro, un sistema con luz UV los esterilizaría para que estén impecables a la salida de la reunión social.
Para que no te olvides de lavarte las manos con frecuencia, Buggy te lo recuerda. Es una app que genera notificaciones de manera regular. Las bacterias animadas son las protagonistas del aviso. Ganó la categoría de Conciencia y Comunicación.
El último premio se lo quedó un timbre que dispensa desinfectante cuando el usuario coloca sus manos debajo. De esta manera el botón se activa con el contacto.
Propuestas adecuadas a las necesidades del contexto realmente innovadoras.