La psicología del color es una referencia cada vez más considerada por diseñadores e interioristas. Mirá cómo influyen en nuestras emociones los colores que elegimos para decorar nuestros espacios.
La decoración es uno de los momentos clave a la hora de diseñar y comenzar a crear un hogar propio. Y en esta experiencia la elección del color es determinante.
Dime qué color eliges y te diré quién eres ¡y cómo te sientes! De eso se trata la psicología del color, una disciplina que indaga en la forma cómo los colores y las diferentes tonalidades pueden transmitir, afectar, potenciar las emociones y comportamientos de quienes habitan los espacios de una casa.
No es un versus. Es una elección. Hay que saber para ver y decidirse si pintamos y decoramos nuestro hogar con colores cálidos, como el rojo, el naranja y el amarillo, o con colores fríos, como el azul, el verde y el violeta.
Las tonalidades cálidas expresan emociones positivas y energéticas y se recomiendan especialmente para las áreas sociales de la casa: living, comedor e incluso la cocina.
Las tonalidades frías transmiten calma y tranquilidad, y los interioristas lo sugieren para dormitorios o espacios más íntimios del hogar, para la lectura, el descanso y el relax.
Si hablamos de opuestos, nada como el superclásico blanco y negro, o ¿blanco o negro?
Si bien son dos colores “neutros”, su elección es determinante para definir la identidad e impronta de un espacio.
El blanco representa pureza, simplicidad y luminosidad. Es el color que permite que una habitación parezca más grande, con más luz y aire, y su combinación ideal es con muebles y objetos en colores.
El negro simboliza elegancia y sofisticación. Y no hace falta pintar completamente de negro para adoptar su espíritu.
Detalles en negro, en muebles y accesorios, le aportan un toque de glamour y misterio a los espacios.
La trilogía de la decoración en cuestión de colores se debate en las últimas temporadas en tres tonalidades: azul, verde y amarillo.
El azul es reconocido por su capacidad para calmar y reducir el estrés. Y se lo recomienda para espacios que promueven la relajación, como el dormitorio -en tono oscuro, íntimo y sereno- o el baño, en tonos más claros, que reflejen frescura y claridad.
El verde es el color de la naturaleza y la armonía, y el espacio de la casa ideal para aplicarlo es el living o la sala de estar.
En los últimos tiempos también se elige el verde para espacios de trabajo y estudio y bibliotecas, porque estimula la concentración y la creatividad.
El amarillo expresa felicidad, positividad y energía, y es la tonalidad más recomendada para las nuevas cocinas.
La psicología del color es la clave para crear un hogar acogedor y equilibrado en tanto sabe cómo los colores y su combinación influyen en nuestras emociones y comportamientos.
La clave para elegir los colores del hogar según la psicología del color es el equilibrio y la coherencia.
Además de basarte en tus gustos personales e inclinarte por tu color favorito, es muy importante crear una paleta con armonía y sintonía, tanto en el espacio particular como en la secuencia con el resto de los ambientes de la casa.
El último gran “descubrimiento” del interiorismo en cuestión de colores y las emociones que evocan y expresan son los colores neutros.
Es la gama del marrón, el beige, el gris, y también el blanco y el negro, y sus tonalidades sugeridas para crear espacios elegantes y flexibles, discretos y apacibles.
Los estilos de decoración minimalistas, como el nórdico y el japandi, consagraron a los colores neutros.
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