Es estética, resistente y biodegradable; cambia su opacidad en función de temperatura y, usada en arquitectura, preserva la privacidad de cualquier interior. El ciéntifico sueco Lars Berglund está desarrollando madera transparente para reemplazar el cristal y, mientras las investigaciones avanzan, es fácil imaginar que en un futuro cercano el nuevo material se aplique en montonces de fachadas.
Como material innovador, marca tendencia en el mundo entero, a la vez que se busca encontrar nuevos matices lumínicos y una mejora en su transparencia. Pero las posibilidades y ventajas respecto a otros materiales usados en construcción parecen ser muchas: otra de las virtudes es que es muy durable y ofrece diferentes acabados.
Una de las características que resultan más atractivas y en la que ponen atención los científico del Instituto Real de Tecnología (KTH) de Estocolmo, bajo la dirección de Lars Berglund, es su principio ecológico.
La madera transparente produce menos emisiones y residuos que algunos otros materiales de construcción.
Para desarrollarla, el equipo eliminó el componente de la madera de balsa que le otorga rigidez (y la vuelve opaca) y le inyectó un polímero transparente. El resultado es un material que se asemeja bastante a la madera en cuanto a su fortaleza y que absorve el calor, a la vez que deja pasar la luz.
El hecho de que la madera transparente mantenga la temperatura no es un detalle menor, ya que no genera la sensación de agobio que produce el cristal cuando está mucho tiempo expuesto al sol.
Además, al climatizar naturalmente, insume menos costos y abre posibilidades para el desarrollo de la energía solar. En definitiva es un buen material para ser usado en grandes superficies de placas solares. Otra de las ventajas que lo vuelven una materia prima de la más interesante para seguir de cerca.