Cuando las tres hermanas Baires (dos arquitectas y una diseñadora gráfica) decidieron juntarse para poner en valor la arquitectura patrimonial de Buenos Aires y montar su propia marca no hubo mucho que pensar en relación al nombre.
Serían BairesBaires, un proyecto que se ocupa de relevar y transformar en postales y láminas edificios, monumentos y sitios emblemáticos de la ciudad.
Desde 2013, “las 3 Marías” -María de los Milagros (39), María del Socorro (36) y María Jesús (33)- actualizan lo vivido desde chicas en cada viaje en familia. Y como hijas de arquitectos que son, cada vez que visitaban museos y edificios emblemáticos del mundo, los miraban a través de sus ojos de expertos y antes de irse siempre pasaban por las tiendas de souvenirs con algún recuerdo de esos lugares que las marcaron.
También recuerdan que sus abuelos tenían un negocio de artículos de librería; una manera de contar Baires Baires como el resultado de una herencia y tradición familiar en la que la afición y vocación por la arquitectura y el amor por el papel se unen.
“A todas nos gusta callejear para descubrir y destacar esos tesoros que muchas veces están escondidos”, asegura María del Socorro.
Cada imagen de Baires Baires se hace en dos etapas: primero se boceta el esqueleto y luego se le agregan los detalles, las líneas, los tonos y las sombras. Antes -mucho antes- hay un trabajo previo de investigación que se plasma en las reseñas. Intentan que los lugares elegidos tengan alguna distinción y que sean reconocidos como patrimonio nacional.
Y cada una de sus postales y láminas describen además su estilo y los datos relevantes de la construcción. “Nos interesa que la gente conozca sobre la influencia europea y la mezcla de tejido urbano que aparece en las fachadas”, expresa María Jesús.
Su última colección es “Fragmentos de Buenos Aires”, surgida en pandemia y en el marco de un trabajo colaborativo con Martín “Tincho” Hernández de @buenosaires.ar. Ellas plasmaron cúpulas de Buenos Aires en imágenes que permiten elevar la mirada y descubrir la belleza cerca del cielo. Su primera edición de cúpulas ya está lista para seguir mostrando y contando la historia de la arquitectura porteña.
IGLESIA ORTODOXA RUSA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD
Año: 1904. Ubicación: Av. Brasil 315, San Telmo. Arquitecto: Alejandro Christophersen. Estilo: neobizantino, moscovita del siglo XVII. Ubicación: Av. Brasil 315, San Telmo.
Se trata de la primera iglesia ortodoxa construida en Argentina. El proyecto fue iniciado por Mihail Preobrazensky -arquitecto del Santo Sínodo de Rusia- y desarrollado por Christophersen. Un eje vertical organiza la distribución de las cinco cúpulas celestes: la más grande, ubicada en el centro, y cuatro más pequeñas ubicadas alrededor. Las estrellas doradas que las ornamentan, rinden culto a edificios bizantinos como la catedral de San Basilio en Moscú. De acuerdo a la tradición rusa, las cinco cúpulas terminan con una cruz orientada al Este.
CONGRESO DE LA NACION
Año: 1907. Arquitecto: Víctor Meano. Ubicación: Av. Entre Ríos entre Rivadavia e Hipólito Yrigoyen, Balvanera. Estilo: academicismo de fines de siglo XIX
En 1895, el concurso internacional para la construcción del Congreso fue ganado por Víctor Meano, cuyo proyecto conjugaba las tradiciones del academicismo, el eclecticismo y el clasicismo. La cúpula de bronce, ubicada a 80 metros sobre el nivel del suelo, consolida las notables dimensiones arquitectónicas del edificio: puede ser vista desde distintas ubicaciones de la ciudad. Posee una estructura reticulada de hierro revestida en cobre, de cuyo interior cuelga la araña de 2054 kilos del Salón Azul.
El particular color verde de la cúpula es resultado de los efectos de la intemperie, la humedad y el paso del tiempo. En 1993 fue declarado Monumento Histórico y Artístico Nacional.
HOTEL CHILE
Año: 1907. Ubicación: Av. De Mayo 1295, Montserrat. Arquitecto: Louis Dubois. Estilo: art noveau con reminiscencias bizantinas y orientales
Por su diseño e identidad, es una cúpula única en la ciudad. En 1988, la pieza original de madera quedó destruida debido a un incendio provocado por un huésped. Su reconstrucción, 30 años después, fue posible gracias a la documentación fotográfica de la original, ya que no existían los planos de obra.
El modelado fue realizado en 3D y resultó en una cúpula de seis toneladas. Fue confeccionada con una estructura de perfiles metálicos, revestida con madera y cubierta con placas de zinc.
PALACIO BENCICH
Año: 1928. Ubicación: Roque Sáenz Peña 616, San Nicolás. Arquitecto: Eduardo Le Monnier. Estilo: ecléctico con rasgos de art deco, academicismo
El Palacio Bencich que lleva el apellido de los hermanos constructores Massimiliano y Miguel, completa la esquina de las cinco cúpulas entre Av. Diagonal Norte y Florida, quebrando la trama urbana y articulando un espacio inédito en la ciudad. Caracterizada por la altura uniforme y la tipología arquitectónica, se trata de una intervención similar a la proyectada por Haussmann en París.
El Bencich culmina con dos cúpulas de cinco pisos que resaltan la perspectiva de la diagonal y otorgan al edificio su inconfundible identidad.
TORRE MONUMENTAL
Año: 1916. Ubicación: Sir Ambrose M. Poynter. Arquitecto: Av. Dr. José María Ramos Mejía 1315, Retiro. Estilo: neorenacentista, palladiano
Construida por residentes británicos e inaugurada para conmemorar el centenario de la Revolución de Mayo, es una de las torres más vistosas de la ciudad: su ladrillo rojo a la vista, la piedra labrada y sus relojes de Gillett & Johnston, configuran una postal clásica de Retiro.
Cuatro de sus cinco campanas conforman un carrillón, suenan cada 15 minutos y pesan tres toneladas. Sobre la cúpula, una veleta con forma de fragata isabelina de tres mástiles representa el cruce de los océanos. La torre mide 60 metros y tiene ocho pisos.
PALACIO BAROLO
Año: 1923. Ubicación: Av. de Mayo 1370, Montserrat. Arquitecto: Mario Palanti. Estilo: ecléctico con rasgos góticos e hindúes.
Construido a pedido del empresario Luigi Barolo, su estructura arquitectónica sigue los pasos de la La Divina Comedia, creando analogías con el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso de Dante.
Hasta la llegada del Kavanagh en 1935, fue el edificio más alto de Sudamérica: tiene casi 100 metros de altura. Su vistosa cúpula culmina en un faro, originalmente pensado para ser visualizado desde la costa uruguaya. Palanti construyó un edificio similar en Montevideo, el Palacio Salvo, cuya cúpula luminosa cumple la misma función que la del Barolo: servir como faro de bienvenida a la ciudad. En 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Textos cúpulas: Romina Metti. Ilustraciones: BairesBaires.
Más información: purodiseno.lat