Es arquitecto, creador de Estudio Normal, usina de proyectos de arquitectura y diseño, y del espacio experimental Monoambiente. Es el hombre detrás de las instalaciones que brillaron en la multitud de los festivales Coachella, en California, y Lollapalooza Argentina.
Martín Huberman es un arquitecto que ama el diseño. Construye torres en el desierto y vórtices en un museo frente al mar, sueña con infraestructuras de exploración espacial mientras imagina otra manera de concebir objetos domésticos funcionales. Y también enseña.
Habla como investiga, en voz baja, buscando y eligiendo las palabras que formarán parte de cada frase. Responde pausado, como si estuviera diseñando en ese preciso instante la clave de un proyecto, el concepto, de lo que hace, cómo lo hace, y quién es.
“Todo está diseñado: algunas cosas están bien diseñadas, y otras están mal diseñadas”, dice. Y esta vez acelera una conclusión: “El diseño y la arquitectura pueden mejorar la vida de las personas. Las sociedades que tienen una buena e intrínseca cultura del diseño, funcionan un poco mejor”.
Con el título de arquitecto de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos de la Universidad de Buenos Aires, Martín Huberman, hizo posgrados en Buenos Aires y Estados Unidos, y hace 15 años fundó Normal, su estudio de arquitectura y diseño.
Normal es la investigación y la experimentación; el proceso, la aplicación y la construcción. Errare humanum est, y crear es divino. Y muy Normal.
“Tengo una mirada de la arquitectura sensorial, basada en la experiencia”, cuenta Martín Huberman, creador de la monumental instalación “Capot” para el reciente festival Lollapalooza.
“Siempre me pregunto qué es lo que hace a un edificio, a una casa, a un departamento, algo memorable”. Piensa, luego (no) explica. “No necesariamente es una interpretación análitica sino que es algo que te pasa en el cuerpo. Una doble altura cambia la percepción del espacio y su memoria. Trato de jugar en esa fibra, en el fluir de universos, a veces oníricos, a veces más sencillos y sensatos. Y así encender la llama dentro del cuerpo”.
En el Hipódromo de San Isidro, erigió una torre de casi 10 metros utilizando casi un centenar de capots en ascenso y repetición.
“Lo concebimos como un eje de unión, un view finder para que la gente lo tuviera como referencia de encuentro, y también como lugar de descanso”, cuenta Martín Huberman, que también diseñó la monumental instalación “Cocoon” para la épica edición post pandemia del festival Coachella, en Indio, California.
Fruto de una investigación alrededor de las producciones de Hollywood y las icónicas postales de Clint Eastwood y James Dean apoyados sobre capots, Huberman también se inspiró en la tradición nacional del Turismo Carretera y en las imágenes de la celebración de Argentina Campeón del Mundo con miles de personas festejando parada en los capots para concebir su fabulosa instalación, el primer episodio de una nueva investigación del equipo de Estudio Normal enfocada en la industria autopartista.
En el caso de “Cocoon” (Capullo) que emergió en Coachella Valley, la instalación fue una expresión memorable de su proyecto de investigación durante más de una década alrededor de la icónica silla BKF.
“Cocoon permitió a la investigación llegar a un punto de masividad en la descripción de esa narrativa que nosotros estábamos tratando de comunicar”, dice Martín Huberman, que dedicó doce años a estudiar la silla BKF -con “B” Bonet, “K” de Kurchan y “F” de Ferrari-, el objeto de diseño nacido y creado en Argentina que atrajo a los arquitectos de los movimientos del Mid Century Modern, en particular a los profesionales de la costa oeste norteamericana que se obsesionaron con esa silla que permitía entrar y salir… “Exhibirla en el propio territorio que la había consagrado y desde donde se diseminó el boom fue muy gratificante y significativo”.
Martín Huberman nunca quiso ser astronauta. Pero confiesa que tiene la fantasía de diseñar algo vinculado a la colonización espacial, e investigar de acuerdo a otros parámetros, fuera de este mundo, “pensar en condiciones que no son las de este planeta”.
Con los pies en la Tierra otra vez, imagina qué habría pasado si algo tan popular como el aire acondicionado se hubiera diseñador mejor. “A veces pienso en que hay sistemas que no funcionan bien y que podrían estar mejor. Pero más que pensar que objeto me hubiera gustado diseñar, me gusta entender que hay atrás de un objeto y sus procesos de diseño”.
En Estudio Normal la investigación es el origen del proceso y la base de sus proyectos. “Buscamos alejarnos del terreno común mientras tratamos de redefinir la noción de espacio, materia a través de nuestros propios sistemas y lenguajes”, indica el ADN Normal (@estudionormal en Instagram).
“Últimamente nos estamos enfocando en desarrollar ciertas pautas creativas como Espacios Materiales, Lógicas de Crecimiento Modular y Ocupación Espacial, mediante la creación de nuevas estructuras que redefinen la forma en que construimos y nos conectamos a través de un lenguaje material”.
Como la repetición -una BKF, sobre otros BKF, una pinza de ropa de madera abrochada con otra, de arriba hacia abajo, un capot sobre otro capot… Y más allá- otras palabras clave para conocer el trabajo de Martín Huberman son visión multidisciplinaria y diversidad que imprime en su estudio y sobre sus proyectos.
“Soy arquitecto, pero tengo un fanatismo muy grande por el diseño. Empecé a generar muchas interrelaciones con los diseñadores, y así encontrar los puntos en común que tienen esas disciplinas para poder fomentar estrategias”.
Fotos arriba: Casa CP/Man Cave es una adición a una casa, concebida como un área independiente y privada para el retiro y la relajación.
Martín Huberman tiene la convicción de que un estudio con diversidad resulta más interesante, más íntegro y enriquecido por diferentes miradas.
Y esa visión se amplica todavía más mediante colaboraciones, como el proyecto junto al Canadian Centre For Architecture, y especialmente a través de Monoambiente, un espacio experimental fundado en 2011 y dedicado a promover la conversación -conceptual, material y profesional- entre arquitectos, diseñadores, estudiantes y el público. Entre sus proyectos, se destaca el archivo vivo creado alrededor de la obra de Amancio Williams, figura emblemática de la arquitectura modernista argentina.
La Historia se repite, se investiga, se explora, rediseña y cobra nueva vida, en construcción. Todo está diseñado. Y el diseño es un lugar (extraordinariamente) Normal.
Más información: purodiseno.lat