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“Alerta Día del Trabajo”: ser productivos es tan importante como descansar

El 1º de 1 de mayo es el Día Internacional de los Trabajadores. Buen momento para reflexionar sobre cómo lo hacemos, el espacio que le damos al descanso y adoptar pautas para combatir el estrés laboral.

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El 74 % de los trabajadores reconoce estar siempre disponible en su trabajo. Lo indica expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) que alertan sobre el incremento del estrés laboral.

“No desconectar del trabajo puede afectar al cerebro”, advierte un informe publicado con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores, el 1º de mayo.

Hace tres años que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció como enfermedad el burnout o desgaste profesional, consecuencia de un estrés laboral crónico y de la incapacidad para desconectar del puesto de trabajo.

Y con la pandemia, los datos empeoraron: el estudio de la firma WTW indica que el 83% de los empleadores en América Latina opinan que el estrés y las afectaciones de salud mental, son el principal riesgo que enfrentan los empleados en el 2022.

Según los expertos, poder desconectar para cubrir nuestras necesidades primarias, de alimentación y sueño, de actividad física, sociales y, sobre todo, afectivas, es la única forma de reducir esas cifras y mantener nuestro bienestar.

“No desconectar del trabajo puede afectar al cerebro”, advierte un informe publicado con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores.

De lo contrario, puede haber consecuencias incluso en nuestro cerebro.

“En el ámbito psíquico los pensamientos de desmoralización o de que no vamos a llegar a todo, asociados al estrés laboral, llevan a un estado emocional de tristeza, ansiedad o desánimo -explica la psicóloga Agnès Brossa- Y, en el momento en que el cerebro recibe la señal de que está en peligro, despliega unos mecanismos neuronales para que nuestro cuerpo se ponga en estado de alerta para poder activarse y seguir adelante a pesar de la situación en la que estamos”.

Y advierte que todos estos neurotransmisores que se segregan porque nuestro cerebro ha interpretado que estamos en estado de peligro actúan, a largo plazo, dañándolo.

Cómo detectar (y combatir) el estrés laboral

Enrique Baleriola, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), indica que el estrés laboral avisa sobre todo de dos formas: física y psicológicamente, y ambas están interrelacionadas.

Desde el punto de vista físico, la señal más frecuente es agotamiento y cansancio, que no es habitual en un estado normal para cada uno de nosotros (por ejemplo, empezar el día ya cansados o sentir que nos cuesta mucho tener energía para hacer las cosas, cuando antes esas mismas tareas no nos eran especialmente difíciles).

“Otra señal es sentir presión en el pecho o palpitaciones, aunque puede deberse a otras causas, pero también puede ser señal de ansiedad acumulada. Los problemas para dormir y relajarnos durante la noche o durante nuestro tiempo libre también son indicadores de estrés laboral”, apunta el profesor de la UOC.

Debemos aprender a pensar “esto no puedo hacerlo, lo dejo para mañana” y decir “no” porque ahora es nuestro tiempo.

En cuanto al ámbito psicológico, Baleriola destaca cambios de humor que anteriormente no eran normales en nosotros, el hecho de despertarnos y sentir que no hemos descansado, posponer o evitar enfrentarnos hasta a las tareas más sencillas de nuestro trabajo, o comenzar la jornada laboral deseando que termine y pase rápido.

“Debemos tener en cuenta que, de forma puntual, todos podemos sentir estas sensaciones tanto físicas como psicológicas sin que interfieran en nuestra vida diaria o sean un problema grave. Debemos preocuparnos si se alargan en el tiempo o empezamos a no poder desarrollar nuestras actividades cotidianas sin dificultades”, advierte Enrique Baleriola.

¿Y qué hacemos para desconectar? Para Brossa la primera recomendación es intentar tener más periodos en los que sintamos que hacemos las cosas bien, positivametne.

Y para lograr eso, hay que desentenderse de lo laboral. Esto es, según recomienda Agnès Brossa “buscar espacio para cubrir necesidades no laborales”.

Conocer muy bien y cubrir nuestras necesidades de alimentación y sueño, de actividad física, así como las necesidades sociales y afectivas es clave para prevenir el estrés.

El estrés laboral avisa sobre todo de dos formas: física y psicológicamente, y ambas están interrelacionadas.

“Debemos encontrar espacios para satisfacer estas necesidades. Organizar y planificar para tener tiempo para ellas será lo que permitirá que nuestro cerebro pueda segregar estas hormonas en positivo, estos neurotransmisores que nos 'curan', de forma que podamos compensar el estrés cerebral”.

La importancia de poner (y ponernos) límites a nuestra productividad

Debemos aprender a pensar “esto no puedo hacerlo, lo dejo para mañana” y decir “no” porque ahora es nuestro tiempo. Si no llegamos, volvemos a planificar entendiendo que quizá hemos sobreestimado el tiempo que teníamos o los objetivos, además de pedir ayuda si la creemos necesaria, porque hay un límite que no podemos sobrepasar.

Evitar los sentimientos de culpa. Existe una relación muy directa entre lo que se llama el P-E-C, que es la relación entre lo que piensas (pensamiento), lo que sientes (emoción) y lo que luego haces (conducta).

“Por lo tanto, lo primero es averiguar qué pensamiento estoy teniendo sobre mí, si me estoy maltratando, pensando que soy un desastre o que no doy para todo. Son pensamientos que nos dañan muchísimo y además, no se corresponden con la realidad. Quizás hoy no he terminado todo lo que tenía que hacer, pero eso no quiere decir que no lo vaya a terminar nunca”, explica Agnès Brosssa.

Y agrega: “Si desarrollamos un pensamiento más positivo sobre nosotros mismos, seguramente nos sentiremos mejor y nuestra conducta será más ajustada (por ejemplo, organizarnos para intentar que el día siguiente sea un éxito)”.

Para quienes incorporaron como modalidad habitual el home office o el teletrabajo se recomienda “diferenciar espacios”.

Descanso y home office o teletrabajo

Y para quienes incorporaron como modalidad habitual el home office o el teletrabajo desde casa, Enrique Baleriola recomienda “diferenciar espacios”.

“En la medida de lo posible, es buena idea establecer una diferenciación física o visual entre el lugar de teletrabajo y el resto del hogar. Puede ser una habitación específica para el teletrabajo, una mesa que movemos de sitio solo para el momento de teletrabajar o una disposición de las cosas que utilizamos en el teletrabajo exclusiva para ello”.

Además, es clave fijar rutinas y horarios igual que si estuviésemos en la oficina. De esta forma podremos diferenciar también el momento del teletrabajo del momento de ocio.

Establecer una buena planificación de la jornada laboral. Como en casa no tenemos al resto de los compañeros, clientes o jefes, es más fácil perdernos o sentir que no estamos trabajando lo suficiente, lo que aumenta el estrés laboral.

Por tanto, establecer previamente todas las tareas y reuniones del día, los tiempos aproximados que necesitaremos para cada una de ellas, y programar también pequeños descansos intermedios para tomar un café, dar un breve paseo o hacer una llamada informal, nos ayudará a lidiar con la ausencia de distancia entre trabajo y hogar.

Fuente: UOC, es la primera universidad en línea del mundo.

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