Desde Holanda, la diseñadora Juliana García Bello sigue trabajando duro en su nueva colección: es una de 10 finalistas a llevarse el Redress Design Award 2020, una de las competencias de diseño de moda sostenible más grande del mundo.
El premio le dará la posibilidad de formar parte con colección cápsula de edición limitada de The R Collective, la prestigiosa marca de ropa sustentable.
El próximo 24 de agosto tendrá que viajar a Hong Hong y el 1 de septiembre presentará su colección Herencia en un desfile. Ese mismo día se anunciará al ganador. Esos son los planes; en el medio, la incertidumbre.
En Arnhem, donde ahora vive la diseñadora nacida en Tierra del Fuego, la pandemia hace que "todos estemos un poco más en casa" y los diseñadores "estamos trabajando para mantener la cabeza centrada".
En la moda, dice, todo esta virando hacía lo digital y es un gran cambio para el mundo fashion: sin eventos, grandes producciones ni desfiles en vivo. Pero las crisis, comparte, "siempre aportan cosas"
"Vengo de una familia de clase trabajadora y las crisis nos golpearon durante toda nuestra vida. La forma en la que construyo indumentaria piensa en eso y lo tiene en cuenta. Las crisis económicas o sanitarias nos pueden dejar pensando un poco en las formas de producción, en qué cosas consumimos, cómo y cuánto nos movemos. Y más allá de todo eso, los diseñadores poder generar conciencia sobre cómo vamos a poder salir adelante produciendo indumentaria en esta situación, con poco dinero"
Es muy importante porque me permite darle visibilidad a mi marca y a mi proyecto en el cual busco y exploro nuevos sistemas de producción que son trasladables a industrias grandes y a nuevos emprendimientos. Tiene que ver con un sistema y no tanto con la estética. Me interesa que llegue a otros colegas, alumnos y a personas de la industria textil.
Siempre me ocupo de varias cosas a la vez, porque eso me da la oportunidad de poner pausa entre proyecto y proyecto para repensar e indagar en cada uno. Actualmente estoy trabajando en mi colección Esencia, que es una colección atemporal, que se mantiene en el tiempo y habla de esas prendas que nos acompañan durante toda nuestra vida.
Es un trabajo que demuestra cómo se puede seguir trabajando durante la misma colección durante mucho tiempo, sin perder la innovación y el cambio que puede tener una nueva serie.
Trabajar sobre una colección atemporal habla de esos proyectos que tienen un tiempo largo de producción y darle lugar a los recursos y las ideas, que son inagotables. Muchas veces, los diseñadores por querer hacer una colección a largo plazo, no dejamos que la serie evolucione o se expanda.
A la vez sigo con la joyería y tengo muchas ganas de hacer piezas de arte con textil en desuso.
La diseñadora tiene una colección hecha a partir de azulejos y vajilla de descarte, una materia prima que también dio lugar a otros proyectos argentinos como el de Cascote.
Juliana García Bello crea con ropa que recicla de donaciones de prendas que ya no se usan. Les da una segunda vida. Ropa cómoda, combinada con algodón que repiensa las tipologías. Es una decisión que tomó desde que empezó a cursar la carrera de Diseño de Indumentaria en la Universidad de Buenos Aires.
"Cuando les cuento a mis alumnas que en mis colecciones gasto entre 30 euros se ríen o no lo pueden creer y les llama la atención. Me gustaría que en esta crisis muchos diseñadores se replanteen de dónde sale su materia prima y cómo pueden seguir haciendo indumentaria de una manera más económica, más amable con el planeta en el que vivimos y apoyando a la producción local"
Hacía un lugar de conciencia. No sé realmente hacia dónde vamos, pero en el presente hay personas que ya se cuestionaron lo que consumen, cómo producen, qué hacen con su basura, cómo se visten.
Más que nunca las marcas tienen que tomar conciencia sobre la huella que deja la indumentaria en el mundo en el que vivimos. Es un camino muy largo pero que de a poco va dando frutos.
Por hablar sobre las historias personales que creo que interpelan a un montón de otras realidades y otros argentinos. Hace foco en usar la materia prima que tenemos a mano. Pensar un poco sobre el mundo y sobre las personas.
Tiene que ver con generar sistemas de producción un poco más humanos que nos ayuden a darle una pausa a nuestra vida cotidiana.
El diseño me hace conocer nuevas personas y esas personas me hacen cuestionarme lo que consumo y el lugar en el que estoy parada. El diseño es mi motor. Me relaciono con el mundo diseñando.