Hace más de tres años el arquitecto Peter Morris comenzó a dibujar jugar con el patrón de los arcos. Los escaló, los cortó por la mitad, los duplicó. Quería lograr un edificio alegre, que deleite y encante a los vecinos del barrio de Gospel Oak.
El resultado son estas estructuras en color rosa pálido que en breve coronarán dos casas de tres pisos en el norte de Londres que en pocos meses empezará a construir.
La casa quedará entre medio de una escuela antigua y una construcción de ladrillos más moderna, pero sin duda no pasará desapercibida en la zona. Combina de maravilla con el verde que inunda el resto de la fachada.
La escultura decorativa marcará una diferencia en una ciudad en la que el movimiento de color en el diseño se expande con fuerza.
Los arcos rosas cubrirán las cuatro fachadas de la casa. Para lograr un diseño dinámico, el arquitecto agregó ventanas circulares en varios puntos y decidió potenciar las curvaturas.
Las casas están diseñadas al revés: las habitaciones estarán en la planta baja y los espacios compartidos en los pisos superiores. Cada una tendrá terraza propia y una pileta profunda.
Las formas arqueadas en la fachada se replican en el interior, con puertas arqueadas y techos abovedados.
El proyecto ya está siendo muy bien recibido porque traerá originalidad y calidez al barrio.