Arquitectura performática es el término que engloba el trabajo del artista americano, Alex Schweder. Para este consagrado en el mundo entero, la arquitectura propone pistas sobre cómo debemos comportarnos y se ofrece como una red de apoyo para configurar la propia identidad.
La obra de Schweder es un llamado a ser conscientes de cómo los objetos con los que interactuamos cotidianamente nos interpelan.
Schweder vive en Nueva York y, si bien es arquitecto, cuenta con una importante formación artística. Su trabajo es exhibido y recopilado internacionalmente, incluyendo el Museo de Arte Moderno, la Tate Britain, Perform 17, el Museo de Arte de Tel Aviv, el Museo de Arte Moderno de San Francisco y la Bienal de Arquitectura.
En ReActor, una casa rectangular rota sobre un eje de concreto. Dos personas necesitan lograr un equilibrio, como si fuera un subibaja. El diseño posee balcones con vista abierta a las colinas y los cristales de techo a techo proporcionan mucha luz y escasa privacidad.
En esta casa rotativa se hace visible la relación íntima entre la arquitectura y sus habitantes.
El artista dividió la estructura simétrica de madera a la mitad, y la dupla de actores que forman parte de la performance asignó a cada espacio su particularidad. El baño, en el centro, es compartido.
En Your Turn, otro de sus proyectos, una pared invita a escalar por distintos elementos arquitectónicos que sugieren seis actividades domésticas por las que el público tiene que deslizarse: una cocina, un baño, una cama, un comedor, una oficina y una silla cómoda.
Sensefactory, su última instalación, llama a los visitantes a involucrar sus sentidos: sumergirse en los aromas, las texturas, las luces, el sonido y el color.
En ella interpreta el enigmático y no construido concepto teatral de inmersión total.
"La galería ya no se evoca como un área de exhibición, sino como un campo de pruebas para formular nuevos paradigmas de práctica especial", suele decir el artista que intenta generar preguntas más que respuestas.